A través de los medios de comunicación masiva la astrología se nos presenta de distintas maneras, pero en el fondo son muy similares. Por ejem. llega fin de año y surgen por todos lados las “predicciones” para el año entrante, tanto sean cosas que van a pasar en el país, en otros, o a nosotros mismos como representantes de determinado signo. También están los “horóscopos” que aparecen en diarios y revistas, invariablemente en la sección humor, junto a tiras cómicas, palabras cruzadas y otros entretenimientos. Por otro lado, cada tanto y con diversos grados de profundidad, nos presentan la caracterología de los signos zodiacales.

Pues el factor en común de todo eso, es que son generalidades, para un “signo” en particular, y además nos dejan con la idea de que la astrología es algo distante a nosotros, algo tan críptico o técnico o especializado que no es para el ser humano común y corriente, ya que solo se ocupa de los grandes temas del mundo, los avatares políticos y la sociedad.

Pues como astrólogo permítame informarle que todo eso que aparece está bastante distorsionado y alejado de la verdadera esencia e intención de la astrología. Por ejem. en el caso de los pronósticos del año venidero para cada signo, como se hacen en función del representante prototípico, ideal y puro de cada signo (cosa muuuy difícil de encontrar), en el mejor de los casos sirve para quien no solo nació en ese signo, sino que además lo tiene como ascendente (factor que depende de la hora de nacimiento), o sea, para la duodécima parte de los representantes de ese signo, menos del 10% del total de los tauro(o libra, o acuario, etc). Lo mismo vale para los horóscopos de diarios y revistas; siempre y cuando esos horóscopos estén bien hechos, cosa que no siempre es así, sobre todo si no tienen firma.

Entonces volvemos al tema del título, la astrología... ¿para qué la puede querer en su vida? La astrología es algo mucho más serio y profundo, algo que puede enriquecerle en todo sentido. Y antes de seguir adelante sería conveniente no olvidar que la astrología es una ciencia, de acuerdo a la definición del diccionario de la Real Academia, mientras que todos los otros medios de predecir el futuro son “mancias”.

Pero sigamos explicando un poco. Primeramente es bueno saber que hay 2 grandes campos cuando se encara el estudio astrológico personal. El primero de ellos es la llamada carta natal, el otro es la carta anual que incluye todas las técnicas predictivas de fechamiento.

Desde el punto de vista técnico la carta natal es un mapa del cielo del momento exacto y lugar de la tierra donde uno nació. O sea que día, mes, año, hora de nacimiento y lugar de nacimiento, son los datos necesarios para levantar una carta natal. Esta carta natal es la carta de la vida, es la “marca de fábrica” personal, es como la cédula de identidad planetaria, un conjunto de datos totalmente exclusivos, que nos pertenecen por siempre, que no se pueden alterar, y nos acompañarán hasta que nos vayamos de este mundo.

¿Porqué es conveniente conocerla? pues porque en ella está simbolizada toda nuestra estructura interna: la personalidad que es lo que mostramos en nuestro desenvolvimiento con los demás, nuestra verdadera esencia que es lo que somos y aspiramos ser y completar en nuestra individuación pero que no necesariamente se refleja en conductas, nuestra forma de reaccionar automáticamente cuando las situaciones nos apretan, el estilo de nuestra agresividad (que si la manejamos bien nos lleva a cierta clase de logros, o en negativo a determinados conflictos), nuestra forma de ser en y con la afectividad, qué expectativas tenemos en cuanto a pareja, qué talentos naturales tenemos para mejor realizarnos en el trabajo, si será fácil o no que coincida la vocación con el trabajo, si tenemos propensión a desarrollarnos aquí o vivir en el exterior, qué tipo de reacciones vamos a tener frente a los desafíos de la vida, qué clase de traumas infantiles nos han condicionado y es bueno superar, nuestras tendencias en lo espiritual, y... todo aquello que tiene que ver con nuestro mundo interior y esencia, con cantidad de matices y en profundidad, como por ningún otro medio se puede hacer.

Ud dirá, ¿y para qué quiero conocerme, o conocerme tanto, cuando tengo que trabajar, resolver tales dificultades, ganarme la vida, etc? o ¿para qué quiero conocerme si todo me va bien?? Pues como dijo alguien “el carácter ES el destino”. Conocerse bien y en profundidad es conocer y tener dominio sobre todo los que nos pasa y puede pasar en la vida, en lo laboral, en lo afectivo, en la clase de personas que atraemos cómo pareja o amigos, en las circunstancias inesperadas, aquellas cosas tan especiales que me pasen a mí y no a otros, que marcan la vida; en el éxito o el fracaso, en la facilidad crónica o la mala suerte, en los viajes y sus vicisitudes, en los posibles avatares de salud, y en todas las circunstancias externas que nos acontezcan. Pues la astrología tiene también las claves para ver cómo cada rasgo de carácter se convierte en destino, hechos concretos, cosas que nos pasan.

Estar al tanto de este conocimiento nos da la posibilidad de vivir mejor, no equivocarnos tanto, no sufrir tanto, realizarnos más fácilmente, lograr los objetivos sin tanto esfuerzo, ser más sanos, ser más plenos, ser más libres, ser más uno mismo.

¿Le parece poco valiosa la información que la carta natal provee?

Hasta la próxima.