La Cuadratura en T, también llamada T Cuadrada
es una de las configuraciones más dinámicas
del rádix y también la más frecuente.
Formada por dos cuadraturas y una oposición,
los planetas involucrados en esta figura aparecen en
conjunción en la armónica cuarta, por
ende la estructura toma de aquélla su naturaleza
esencial. Indica, por lo tanto, una enorme lucha en
la vida, serios obstáculos y una gran fuerza
y determinación para hacerles frente. Se ha dicho
a menudo que la T Cuadrada es la responsable del éxito
en la vida de una persona. Esta configuración
tiene una fuerte componente de cardinalidad, lo que
otorga gran actividad y capacidad de trabajo a quien
la posee.
No obstante esta delineación general, una T
siempre (salvo que esté disociada) relaciona
signos de la misma cuadruplicidad, lo cual enfatiza
esta modalidad.
Una T cardinal será sumamente activa, de gran
tensión y movilidad; la persona siempre estará
generando nuevos proyectos; aunque si no hay signos
fijos en el rádix ocupados por otros planetas,
será inconstante y no tendrá capacidad
para sostener el esfuerzo. La T fija indicará
una tendencia a querer controlar la situación
a cualquier precio, proporciona una firme voluntad y
resolución que puede transformarse en obsesión.
La T mutable acentúa la actividad mental y es
indicadora de un desgaste nervioso, la persona empeñará
mucha energía tratando de adaptarse a todas las
situaciones.
Como toda configuración, cualquier planeta de
la misma que resulte aspectado movilizará toda
la estructura. Dado que la T se inscribe en un cuadrado,
aún el vértice no ocupado, "punto
vacío", se transforma en un punto sensible,
por ello la T se activará simultáneamente
por tránsito, progresión, dirección
o por un planeta que provenga de la carta de otra persona
que contacte con uno de los planetas involucrados o
aún con el punto vacío.
El planeta Apex
Una de las características básicas de
esta configuración es la naturaleza de determinador
focal que adquiere el planeta que recibe las dos cuadraturas,
también llamado Apex.
El Apex es un planeta sumamente activo, dado que recibe
la descarga del conflicto de los otros dos y es, de
algún modo, la "rienda" que utilizará
la persona para tratar de estabilizar los planetas en
oposición. El Apex mal utilizado puede actuar
como un caballo desbocado, ser arrastrado por el factor
desequilibrante de la oposición y de retorno
agregar aún más desequilibrio a aquélla.
El Apex es el tipo de energía que vamos a utilizar
para tratar de resolver el conflicto de la oposición.
Este es un planeta que tiende a sobreactuarse.
He notado que los planetas que por alguna circunstancia
se encuentran enfatizados en el rádix, y mientras
no se haya logrado de ellos una expresión superior,
suelen tener una actuación más vinculada
a su analogía natural que a su determinación
local.
Tomemos el caso de un Neptuno Apex ubicado en casa
VII, regente de IX, la persona tratará de solucionar
la tensión de la T neptunianamente. En el ejemplo
de la figura, entre otras cosas, se observa una tensión
conflictiva, entre el impulso a la autoafirmación
y el deseo de protección. En momentos de crisis,
Neptuno no se evidenciará actuando como señor
de novena trabajando en una casa de aire, sino que la
persona encarará la situación de una manera
puramente neptuniana.
A través de ello, es posible también
advertir cuál es el nivel de evolución
del arquetipo del planeta Apex en el que se desenvuelve
el individuo. Si está bien introyectado el principio
de Neptuno, frente a una de esas tensionantes situaciones
que plantea la oposición en la vida de relación,
el individuo contará con la inspiración
y la percepción suficiente como para comprender
al otro, será componedor y sabrá perdonar
gracias a su vivencia interna que lo hace un gran conocedor
del sentimiento colectivo. También podría
hacer uso de otros canales neptunianos, como encerrarse
a pintar o ir a pescar para meditar en soledad.
Pero si hay una vivencia negativa del principio neptuniano,
la persona no enfrentará la situación
por temor a ser herida. Optará por vías
escapistas como rehuir los enfrentamientos y los diálogos
o, peor aún, podría recurrir a las drogas
o el alcohol. También es frecuente que debido
al mal ajuste de la percepción externa, el individuo
se sienta engañado o victimizado y hasta es posible
que asumiendo el rol de mártir pretenda manipular
la situación a través de mecanismos inductores
de culpa, sobre todo si están involucrados signos
fijos.
Veamos otro ejemplo:
La oposición Tauro Escorpio remite a un conflicto
entre los valores de uno y los del otro, entre el deseo
de posesión material y de posesión sobre
el otro, entre acumular y eliminar y se refiere sobre
todo a la vacilación entre la necesidad de seguridad
y de limpieza en el plano emocional. En esta oposición,
los vínculos se ven cargados de celos y apetitos
posesivos.
El contacto entre los planetas de nuestro ejemplo, Luna
y Neptuno, indica un mundo de relación marcado
por los desencuentros y los malos entendidos. Como toda
oposición, la tendencia a la proyección
del principio representado por el planeta infravalorado
se materializa, en la mayor parte de los casos, sobre
el planeta más lento (salvo claro que éste
estuviera en Casa I), en este caso Neptuno.
Así, esta estructura es indicadora de una persona
que suele malinterpretar al otro dado que Neptuno le
devuelve una imagen distorsionada. Su básica
necesidad de seguridad emocional es desestabilizada
por el otro a quien no puede terminar de asir. Una Luna
Neptuno remite a una madre que no ha dejado una imagen
neta al nativo. Esta madre en algún lugar carecía
de una forma definida, era un espejismo: tenía
una presencia inmensa como el océano, pero apenas
el niño pretendía tomarla se le escurría
por entre sus dedos como el agua. El niño nunca
tuvo la suficiente cantidad de madre, aunque en realidad
la haya tenido. Es como sentirse morir de sed al lado
de un río.
Así pues, la relación de la Luna con
Neptuno remite a una sensación primaria de abandono.
Tal vez la madre realmente murió cuando el niño
era pequeño o debió dejarlo al cuidado
de otra persona, o simplemente tenía una personalidad
pisciana. Lo concreto es que este nativo crece con una
predisposición abandónica.
Dado que la Luna y Neptuno se vinculan aquí
por una oposición, esta pauta abandónica
estará determinada al mundo de relación
y su naturaleza será un rasgo característico
de la vida vincular de esta persona.
Sin embargo, esta estructura se completa con la cuadratura
de Urano como planeta Apex, desde Leo. Cómo resolverá
la situación este individuo?
El mecanismo se pondrá en acción de esta
forma: ante la sensación de que el otro en realidad
la va a abandonar, esta persona se anticipará
rompiendo la relación con bastante gradilocuencia.
(Urano en Leo).
Podemos resumir este arquetipo de esta manera:
a) Existe una fantasía de abandono.
b) Existe una hipótesis de ruptura.
Cuando la pauta a) se activa llegando a un nivel de
desequilibrio intenso (esto puede estar indicado por
un tránsito) la pauta b) responde, cambiando
el status de la situación. El razonamiento inconsciente
sería "No me va a poder abandonar porque
seré yo quien ponga fin a la relación"
En tanto la persona quede fijada en este arquetipo,
incurrirá en acciones repetitivas a lo largo
de su vida, incurriendo siempre en el mismo tipo de
relación, con finales abruptos de su parte.
La Tarea del Apex
La única manera de romper este paradigma será
actuando el Apex en su expresión positiva. El
Apex como todo planeta enfatizado indica una asignatura
pendiente, un principio vital que se encuentra aún
en un nivel de inmadurez y que debe ser desarrollado
En el ejemplo que vimos, sólo cuando el individuo
vivencie a Urano en un nivel superior podrá resolver
el desafío de la T: encontrará vías
creativas de solución del conflicto, sabrá
abordar las relaciones con el suficiente desapego como
para refrenar sus apetitos posesivos, podrá conectarse
con las ideas colectivas y tendrá una visión
universal que le posibilitará dar un lugar al
otro sin sentir por ello un menoscabo en sus sentimientos.
La posición de Urano en Leo indica que su propia
intuición será su mejor herramienta para
afirmar su identidad la cual, de otro modo obtenía
su validación a expensas del resultado de la
relación.
El Apex es siempre el planeta que responde primero.
Como hemos dicho, cualquier tránsito, dirección
o progresión a cualquier punto del cuadrado que
contiene a la T, activará toda la estructura.
Pero el planeta que actuará en primer lugar será
siempre el Apex para inducir luego la respuesta de los
otros dos.
Puede ocurrir por ejemplo un tránsito de Marte
sobre la Luna o sobre Neptuno; sin embargo Urano será
el primero en acusar recibo.
Como hemos dicho el punto vacío
del cuadrado está sensibilizado, esto quiere
decir que cualquier tránsito que barra la zona
1ºa 5ºde Acuario (el orbe depende del planeta
transitante), operará del mismo modo: incitará
la actuación del Apex el que a su vez pondrá
en acción a los planetas de la oposición.
El Punto Vacío
Este es otro factor altamente enfatizado, que sin embargo
suele vivenciarse como una carencia. El propio desequilibrio
de la configuración nos insta a elaborar un sentimiento
de anhelo por aquello representado por la casa y signo
del punto vacío. En el ejemplo que vimos, Acuario
se presenta como una carencia, y su integración
aportaría el principio necesario para equilibrar
un mal Leo. Justamente Urano en Leo es el gran despertador
de los valores de la identidad.
Puede ocurrir que se encuentre un planeta en el signo
del punto vacío sin que cierre una Gran Cuadratura.
En nuestro ejemplo sería el caso de un planeta
presente en los últimos grados de Acuario, dentro
de la misma casa que el punto vacío. Ello sin
duda aligeraría la sensación de carencia
hacia este espacio vacío, reduciendo el nivel
de desequilibrio de la T.
La cuadratura Urano-Neptuno
El ejemplo que he escogido lo encontramos con frecuencia
entre personas conocidas, dado que la última
cuadratura de Urano y Neptuno se ha ido manteniendo
con algunos breves alejamientos, unos ocho años,
(desde aproximadamente mediados de 1950 hasta mediados
de 1958), comenzando a formarse en los últimos
grados de Cáncer-Libra para pasar luego a los
signos fijos. Por lo tanto el dilema de esta cuadratura
afecta a muchos individuos de nuestra época,
siempre teniendo a Urano o a Neptuno como Apex, cuya
manifestaciones ya hemos visto en los ejemplos.
Los distintos planetas que sucesivamente fueron cerrando
la oposición con Neptuno o con Urano, han sido
siempre personales, salvo entre mayo-junio 51
cuando Júpiter de tránsito por Aries alcanzó
el orbe aceptable para cerrar la T. Saturno sólo
se ha involucrado en esta estructura a través
de su tránsito sobre Neptuno en Libra, hacia
principios del 51, es decir que lo ha hecho como
parte de la oposición pero nunca como Apex. Plutón
por supuesto nunca ha tomado parte de esta cuestión.
Sintetizando, podemos decir que las características
básicas de la T son:
Enfasis en la cuadruplicidad.
Sobreactuación del planeta Apex.
Sensibilización del punto vacío.
El primer paso hacia la solución de esta problemática,
será pues reconocer la necesidad urgente de romper
con el paradigma de repetición, para ello se
impone un duro trabajo sobre el planeta Apex. Sólo
cuando seamos capaces de admitir y mirar de frente el
problema tendremos la suficiente claridad mental como
para comenzar a elaborarlo
Si no hemos solucionado el dilema de la T antes de los
29 años, el regreso de Saturno nos cobrará
una jugosa cuenta.
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