Vivir a Mercurio quiere decir dar el primer paso hacia
el difícil pero fascinante camino que conduce
al hombre desde el estado caótico originario
hasta la dimensión del conocimiento y la comprensión
de sí mismo y de todo lo que lo rodea. El don
que nos ofrece Mercurio es la capacidad y, al mismo
tiempo, el deber de cada uno de nosotros de tomar conciencia
de sí como parte integrante del universo, como
la esencia de su continua transformación.
La tradición mitológica nos cuenta que
el dios alado Hermes - Mercurio con su caduceo tenía
la capacidad de hacer dormir y despertar, donde el sueño,
para las religiones mistéricas, viene considerado
simbólicamente como la muerte, mientras que el
despertar es el inicio de una nueva vida fecundada por
el conocimiento de los sagrados misterios.
El recorrido iniciático es la dimensión
de la búsqueda a través del continuo viajar
de Hermes; él es el Dios de la mutabilidad entendida
como trasformación constante; es la guía
común para los que se aventuran en las nuevas,
y por tanto inciertas, vías, para los que están
siempre preparados a abrir caminos para que el hombre
llegue a descubrimientos cada vez mayores.
Esotéricamente ligado a la primera lámina
del tarot "El mago", su iconografía
nos muestra un joven de actitud dinámica, con
una baqueta en la mano, similar al báculo de
oro de Mercurio, de pie delante de una mesa donde están
los tres instrumentos de los que debe servirse: un disco
de oro, una espada y una copa.
El mago, y también Mercurio, para poder crear
debe tratar de tener la habilidad y la destreza de un
malabarista, sin perder nunca de vista todos los elementos
puestos a su disposición, el coraje de osar y
de combatir el error - la espada - , la sabiduría
con la que quitarse la sed- la copa - y la energía
del Sol representada por el disco de oro.
Pero para poder crear y usar los propios instrumentos,
o las propias capacidades, primero debe conocer y entender
que cada cosa participa del todo, abandonando los prejuicios.
La baqueta apuntando hacia el cielo y su sombrero con
forma de ocho horizontal, símbolo del infinito,
representan la relación entre cielo y tierra,
entre lo finito y lo infinito, entre espíritu
y materia.
Sin el conocimiento, el Mago, aún conservando
igualmente la destreza y la agilidad, engañaría
tanto a los otros como a sí mismo, no llegaría
a percibir al otro "per se". Sin embargo,
sería igualmente capaz de encantar a quien lo
escucha, sería un mistificador, un fraude, carente
de una percepción global del mundo y precisamente
por esto: obtuso, intransigente hacia lo diferente,
cerrado a lo nuevo...
El arquetipo del Dios mitológico lo encontramos
en el múltiple significado adivinatorio del arcano
que substancialmente sintetiza el poder creativo de
la mente en todas sus posibles facetas; mediante el
puro pensamiento abstracto o como capacidad de dominar
la materia o de crear a través de la propia materialidad.
Similar en todo a los significados atribuidos a Mercurio,
en astrología tenemos que en el cielo natal estará
siempre adecuadamente estimulado o dinamizado por la
relación con los otros planetas, tal y como lo
requiere su propia naturaleza.
La permeabilidad del individuo a su entorno estará
presente también prescindiendo de una rigurosa
clasificación de los aspectos, incluso los negativos,
si bien llevados positivamente, tendrán el efecto
de acrecentar la combatividad intelectual o física.
Al abandonar las certezas facilonas, muy probablemente
no se podrá conesguir nunca una serenidad interna,
pero ésta no es esencial a la función
primaria que el planeta representa. Sí que lo
es el hecho de que las cualidades propias de Mercurio,
agilidad y movilidad, no resulten bloqueadas.
A mi parecer esto ya se verificaría con un único
aspecto de conjunción al mismo tiempo que la
cuadratura de una de las luminarias o planeta.
La conjunción, sobre todo se si produce con
un planeta lento, afectando naturalmente al mismo signo
y casa, producirá el efecto de anclarlo más
gravemente a la limitación ya implícita
en el aspecto de cuadratura, limitando también
el aporte dado por los rápidos tránsitos
de Mercurio, cuyos efectos constantes aseguran la adaptabilidad
necesaria para la evolución del pensamiento humano.
De hecho, es precisamente la dinamicidad de Mercurio
la cualidad que no deberá nunca parecer apagada
a través de la acción sinérgica
de los aspectos y de los tránsitos.
Con lo cual, el signo en que cae Mercurio concurrirá
a determinar los intereses del sujeto, mientras que
la casa, los campos donde estos intereses se desarrollarán,
resultando poco significativa respecto a una mayor o
menor capacidad intelectual el hecho de que caiga en
un signo o en otro.
Por la misma razón, no creo que se deba interpretar
el llamado Mercurio "combusto" como "quemado"
por la cercanía de la luminaria. Representando
el Sol la personalidad del individuo, ésta estará
más estrechamente ligada a los valores de Mercurio,
connotándose en mayor medida con las características
del signo y de la Casa en la que se forma tal conjunción
precisamente porque es exacta, mientras que las dotes
eminentemente vivificadoras y al mismo tiempo equilibradoras
del Sol, constituirán un optimo alimento para
Mercurio, otorgándole la inteligencia, como hace
el disco de oro de "El Mago"; que es una inagotable
fuente de energía.
La sed de conocimiento, la curiosidad, el coraje de
llevar adelante las propias ideas, son todas cualidades
que indudablemente caracterizan la naturaleza de una
gran personalidad como la de Rita Levi Montalcini, cuya
fecha de nacimiento, exceptuando la hora, coincide con
la de Indro Montanelli, otra personalidad de relieve
de nuestro panorama cultural. En este punto parece debida
la confrontación de ambos cielos natales.
La sed de conocimiento, la curiosidad,
el coraje de llevar adelante las propias ideas, son
todas cualidades que indudablemente caracterizan la
naturaleza de una gran personalidad como la de Rita
Levi Montalcini, cuya fecha de nacimiento, exceptuando
la hora, coincide con la de Indro Montanelli, otra personalidad
de relieve de nuestro panorama cultural. En este punto
parece debida la confrotación de ambos cielos
natales.
Tema natal de Rita Levi Montalcini
Nacida en Turín el 22 de abril
de 1909, a las 23.00
Rita Levi Montalcini nace en Turín el 22 abril
1909, es pues un Tauro con ascendente Sagitario, se
convierte en profesora de neurología y en 1986
recibe el premio Nobel de Medicina por las investigaciones
acerca de la comprensión de los factores del
crecimiento en el desarrollo humano.
Traducido del original italiano
por Astro-Campus de:
http://www.cidacatania.it/articoli.asp?id=94
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