La doctrina de las Elecciones Astrológicas tiene
por objeto la determinación de las épocas
propicias para adquirir bienes y evitar males, a los
cuales el ser humano está expuesto a causa de
su predisposición genetlíaca.
REGLA I: Una elección
no es legítima más que si se toman en
consideración los temas de nacimiento, revoluciones
solares y lunares, direcciones, tránsitos de
los planetas sobre los diversos puntos de los diversos
temas y coordinan todos los efectos idóneos para
la realización del objetivo de la elección.
REGLA II: Búsquese
y considérese primeramente la casa de la figura
genetlíaca de la cual depende el objetivo de
la elección (p.e. X para los honores, VII para
el matrimonio, IX para los viajes, etc.).
Si, por ejemplo, la elección busca las condiciones
favorables para la obtención de dignidades, determínense
las fechas por direcciones del Horóscopo, del
Medio Cielo, del Sol y de la Luna, por la de los regentes
en las revoluciones solares y lunares, hacia la X radical,
o hacia el regente de esta casa, o también hacia
el Sol o la Luna radicales, o hacia sus regentes o hacia
aspectos benéficos de todos estos puntos.
Después, una vez encontrada la fecha, escójase
la hora conveniente levantando el tema de elección
de tal forma que la posición del cielo armonice
con el objetivo deseado.
REGLA III: En el tema
de la elección determínese ante todo la
posición del Asc. (significador de la persona
de quien se trate); la del M.C. (significador de sus
actos y empresas) y, finalmente, la de la Luna, que
posee en estos asuntos gran influencia. Es importante
que todos estos puntos estén bien dispuestos,
no solamente en el tema de elección, sino también
en el radical.
REGLA IV: Véase
cuál es la hora en que la casa que interesa en
la elevación es más benéfica. Si
es igualmente afortunada en los temas radicales y de
revolución en curso, tanto solar como lunar,
todo irá maravillosamente. Se juzgará
particularmente benéfica la presencia en esta
casa (o la dominación sobre ella) de los planetas
que, en las diversas configuraciones, son ya benéficos
por naturaleza o por estado celeste, y determinadas
por conjunción, dominación o aspecto,
para el objetivo de la elección.
Tratándose de honores (carrera, cargos), la
elección será más eficaz si el
signo que culmina en el tema culminaba ya en los otros
temas o contenía a su regente.
Cuídese también de que ningún
planeta o contrario al objetivo perseguido, por naturaleza
o determinación radical, se encuentre en la casa
interesada del tema de elección y trátese
de que haya en ella un planeta benéfico (o su
regente bien dispuesto); estando éste también,
si es posible, en buena relación con el Asc.,
M.C. o sus regentes.
REGLA V: En las cosas
que os conciernan personalmente, haced que el Asc. de
la elección sea vuestro propio Asc., radical
o de revolución, solar o lunar.
En las cosas en que tengáis necesidad de la
colaboración de vuestros amigos, tomad la cúspide
de la XI o de la V radical como Asc. de la elección.
REGLA VI: El Asc. del tema
de elección debe armonizar con la naturaleza
del objetivo de la elección. Así pues,
tratándose de viajes, tratad de que un signo
mutable (y no uno fijo) esté ascendiendo. Por
el contrario, si el acontecimiento debe perpetuarse,
como el matrimonio o la construcción de una casa,
optad por la ascensión de un signo fijo.
Igualmente cuídese de que el regente del Asc.
de la elección no sea ni lento, ni retrógrado,
ni atacado por maléficos o (y sobre todo) aspectando
a éstos.
REGLA VII: Colocad de
día el Asc. y el Sol en signos diurnos y de noche
el Asc. y la Luna en signos nocturnos y, dentro de lo
posible, el regente del Asc. cerca de los luminares.
La elección aún será mejor si,
de día, los planetas diurnos están en
signos masculinos, sobre el horizonte y orientales al
Sol; o si, de noche, los planetas nocturnos están
bajo el horizonte en signos femeninos y occidentales
a la Luna.
REGLA VIII: Es favorable
que el regente del Asc. de la elección sea también
el regente del Asc. de una de las revoluciones actuales
o del tema radical y que, además, sea benéfico
por naturaleza, posición y aspectos.
REGLA IX: Si el objetivo
de la Elección es una petición al Rey,
a la Reina, a un príncipe o a algún personaje
importante, ajustad el Asc. de la elección a
su regente, al regente del M.C. radical o de revolución,
o también a los planetas significadores por analogía
(p.e. el Sol para el Rey, la Luna para la Reina, Júpiter
para el Canciller, Presidente u Obispo, Marte para el
Ministro de la guerra, etc.).
Y si el planeta significador por analogía es
al mismo tiempo regente del M.C. de la elección,
la eficacia será mayor. No obstante, hay que
tener cuidado de que dicho planeta no esté mal
determinado o aspectado en los distintos temas.
Se debe proceder de análoga manera cuando las
personas de quien se trate pertenezcan a las casas 3,
4, 5, 7 y 11 de la configuración genetlíaca.
REGLA X: Si un planeta,
y particularmente la Luna, es significador de la muerte
en el tema radical, se le atribuye el de significador
de vida, o por lo menos se toman precauciones en el
tema de la Elección.
REGLA XI: El nativo no
deberá intentar nada cuando la Luna transite
las posiciones de Saturno, de Marte, y sus malos aspectos,
las casas 6, 9 y 12, y todos los aspectos maléficos
del radical, las revoluciones y la Elección.
REGLA XII: Cuídese
de que no se produzca en el tema de la Elección
ningún aspecto de la Luna hacia Marte que venga
de las casas de Venus; hacia Júpiter de las casas
de Mercurio, hacia el Sol que venga de las casas de
Saturno.
REGLA XIII: Es favorable
que la Luna, en conjunción con Saturno o Júpiter,
esté en sus fases luminosas, y desfavorable que
esté en sus fases poco luminosas. Es preferible
lo contrario cuando está en conjunción
con Marte o Venus.
REGLA XIV: Obsérvese
bien la posición de la Luna en el tema de la
Elección. Si se encuentra en trígono o
sextil con algunos planetas radicales, el acontecimiento
se producirá con la ayuda de las personas significadas
por estos planetas por analogía o determinación
radical. Una cuadratura o una oposición significarán
que dichas personas se opondrán a la realización
del asunto. La Luna en trígono a Marte radical
en VII, o regente de VII, en buen estado cósmico,
predispone al éxito en las contiendas y en los
pleitos, o al favor del jefe en los asuntos militares,
o al del procurador en los procesos. Las cuadraturas
y oposiciones de la Luna y Marte predisponen a lo contrario.
REGLA XV: Es ventajoso
que la Luna esté en la casa de la Elección
relativa al objeto de ésta (p.e. en IX si el
objeto es un viaje), a condición de que sea benéfica
en su posición radical. Y si esta posición
fuera también determinada al objeto de la Elección,
sería aún mejor.
REGLA XVI: Obsérvese
que la Luna no esté en conjunción o se
aspecte con un planeta retrógrado; esto impediría
conseguir un final feliz.
REGLA XVII: Si es imposible
que la Luna y el Asc. sean benéficos al mismo
tiempo, de día beneficiad el Asc. y de noche
beneficiad la Luna. Además, será mejor
que ésta quede bajo el horizonte de día
y sobre el horizonte de noche.
REGLA XVIII: Determinad
la posición de la conjunción u oposición
de los luminares anterior a la Elección, de forma
que este punto sea, en su tema, benéfico y en
casa conveniente.
REGLA XIX: Cuando la Luna
se separe de una conjunción o de una oposición
al Sol y se aspecte a un planeta maléfico,, y
en particular mal relacionado en el tema radical, evitad
escoger este período, , muy maléfico para
comenzar cualquier cosa. El período es peor si
la Luna aspecta en cuadratura u oposición al
Sol.
REGLA XX: Del buen o
mal estado de la posición de la conjunción
u oposición precedente de los Luminares y de
los planetas que la Luna aspecta, depende el resultado
de la Elección.
-Si la posición es buena y los planetas benéficos,
el acontecimiento será feliz y tendrá
buenas consecuencias.
-Si la posición es mala y los planetas maléficos,
el acontecimiento será desagradable o no se cumplirá.
-Si la posición es buena y los planetas maléficos,
el acontecimiento empezará bien y continuará
mal.
-Si la posición es mala y los planetas benéficos,
el acontecimiento empezará mal y terminará
bien.
REGLA XXI: Si la elección
es urgente y no se puede esperar a que todos los significadores
estén en las mejores condiciones, es necesario,
al menos, que el regente del Asc. esté bien adaptado
y que un planeta benéfico esté en algún
ángulo, en buen aspecto con el regente del Asc.
REGLA XXII: En toda elección
urgente, si os es imposible que la Luna sea benéfica,
poner a Júpiter o Venus en el Asc. o M.C., y
la Luna en una casa cadente. Tened cuidado de que ningún
aspecto (sobre todo maléfico) venga de ningún
planeta maléfico por naturaleza o determinación,
bien hacia el Asc. o bien hacia el planeta que, por
naturaleza o por determinación, es significador
del objeto de la Elección.
REGLA XXIII: Es muy difícil
que en una Elección, y sobre todo en una urgente,
todos los significadores se armonicen exactamente. Así
pues, siempre deberéis tratar de hacer lo máximo
posible y actuar con prudencia. Acordaos que, en la
cooperación de los hombres con los astros, cuanto
más diligente, fuerte y sagaz sea, más
derecho tiene a esperar.
REGLA XXIV: En todas
las Elecciones, observad que los maléficos no
estén en los ángulos, sobre todo en Asc.
y M.C.; salvo si en tema radical son benéficos
por estado cósmico y determinación, pues
no hay que olvidar que algunas cosas están gobernadas
por los maléficos, como los combates, las victorias
y los procesos por Marte, la agricultura y la construcción
de casas por Saturno.
REGLA XXV: No descuidéis
la acción de las estrellas fijas, sobre todo
las más importantes, pues, en los ángulos
o en conjunción con los significadores, pueden
cooperar mucho.
REGLA XXVI: No hagáis
una operación en una parte del cuerpo cuando
la Luna esté en el signo que rige ese miembro.
REGLA XXVII: Purgad cuando
la Luna esté en signo de agua y más particularmente
en Escorpio o en Piscis.
REGLA XXVIII: Para un
viaje observad ante todo que la casa VIII o sus regentes
no estén afligidos. Evitad que el Asc. esté
en un signo fijo, que su regente esté herido
o retrógrado, y que la Luna esté mal aspectada,
pues cualquiera de estas cosas malograría el
viaje.
REGLA XXIX: No salgáis
a combatir con el regente de Asc. débil o maleficiado,
o transitando la VII (salvo si está fuerte),
o entrando en VIII, o también con la Luna mal
dispuesta.
REGLA XXX: Cuando solicitéis
algo al Rey y a la Reina o a los poderosos, poned al
Sol o la Luna en conjunción con Júpiter
o Venus, bien dispuestos en X y bien unidos al regente
del Asc., y TENDRÉIS ÉXITO.
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