La Naturaleza de Saturno
Entonces la serpiente dijo a Eva: No moriréis
si coméis las manzanas del árbol del bien
y del mal, sino que sabe Dios que el día que
comáis de él, serán abiertos vuestros
ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y
el mal.
Génesis 3, 4-5
EL DISCÍPULO:
No logro entenderlo, no tiene sentido, es inaudito y
reprobable desde todo punto de vista, ¿Cómo
puede ser posible que Satán, Saturno o el Príncipe
de las Tinieblas haya hecho algo bueno por la humanidad?
¿Acaso no te has fijado cuánto sufre el
ser humano?. Prostitución, narcotráfico,
terrorismo, pobreza, la concentración del poder
y de la riqueza en solo unas pocas manos, el consumismo,
la pornografía, la alienación, la contaminación,
la pérdida de valores, la insensibilidad y la
falta de escrúpulos y de conciencia del ser humano
amenazan con extinguir todo vestigio de civilización.
EL MAESTRO:
Veo que aunque te encuentras inspirado, aún te
dejas llevar por las apariencias. Espero que la Alquimia
haya dejado en ti profundas enseñanzas.
EL DISCÍPULO:
Es cierto, últimamente me he dedicado
a desempolvar viejos volúmenes de este antiguo
y sagrado arte. Estuve leyendo un extraordinario libro
sobre el tema: La Alquimia, Retorno a las antiguas
fuentes tradicionales. Allí no hablan muy
bien de ti, más aún comparto con el autor
(E.H) sus puntos de vista, ¿De qué otra
forma pudiera ser lo contrario?. Te condenan y yo también
te condeno porque solamente tu eres el único
responsable de toda esta tragedia.
EL MAESTRO:
¿Podrías repetir lo que E. H ha
escrito sobre mí?
EL DISCÍPULO:
OK, escucha:
Después de que la serpiente (Saturno) tentó
a Eva a comer la fruta prohibida esto fue lo que sucedió:
Saturno se esforzó y se esfuerza por todos los
medios de desviar a los hombres de la medicina de salvación
para que no vuelva al Edén. Saturno los desvía
mediante los prodigios en verdad muy sorprendentes que
estos realizan bajo su inspiración y que en realidad
no son mas que el divertimiento en el sentido pascaliano
de la palabra.
Saturno es un espíritu de ciencia muy sabio.
No ignora que el saber humano es una poderosa ilusión
que desvía a los hombres de la ciencia de dios.
Saturno es un médico reputado porque su medicina
ha realizado tales progresos que hoy en día solo
sabemos de ella y no buscamos ya la de dios y de sus
santos. Saturno es un gran Teólogo, muy quisquilloso
en cuestión de ortodoxia: sabe que es la mejor
forma de separar a los hombres es en sectas rivales
y de dividir lo que Dios quiere unir.
Saturno es un metafísico sutil: por ahí
el espíritu se pierde en sus propios pensamientos,
se separa de la tierra que lo alimenta y lo fija y se
pierde en las nubes. Saturno muy a propósito
propaga entre la gente el miedo a sí mismo ocultando
que él es el mismo diablo para que ese mismo
miedo desvíe eficazmente la búsqueda de
los misterios a aquellos que tienen un fe muy arraigada.
Saturno es un gran político, un diplomático,
un estratega. Con el cebo de un poder ilusorio y puramente
externo fundado en la violencia, sabe hacer olvidar
a los hombres que habían sido concebidos para
ejercer el arte regio (gobernarse a sí mismo
para poder entonces gobernar a los demás). Saturno
es un ardiente patriota. El término es, por lo
demás reciente. Porque nos obliga a olvidar que
nuestra verdadera patria es el reino de los cielos cuya
ubicación jamás se encontrará afuera
sino adentro de nosotros mismos.
Saturno acaba de inventar otro disfraz: Es un reformador
social lleno de ideas generosas y seductoras y un economista
distinguido. Está lleno de buena voluntad hacia
los hombres, quiere arreglar más y más
la pocilga que es el planeta tierra de acuerdo a sus
conveniencias. Saturno se interesa por la justicia social,
la reforma de estructuras, la defensa de la propiedad,
el colectivismo, la prosperidad económica y la
democracia. Saturno es alternativamente ora reaccionario,
ora progresista. Es conservador, demócrata, fascista,
marxista, ¿y qué más aún?.
Saturno es todo lo que embrolla. Todo lo que altera.
Todo lo que desvía del bien y la felicidad. Saturno
nos obliga a producir, nos predica, para aumentar nuestras
riquezas y nuestro bienestar, nos obliga a consumir
para aumentar la producción.
Saturno obliga a los pueblos desarrollados llevar a
los pueblos retrasados la buena palabra y la civilización.
Saturno nos despierta la concupiscencia mediante la
vestimenta de la mujer, la pornografía, las modas
y el libertinaje sexual: que el sol, la oliva y el dátil
ya no nos basten. Saturno nos hace consumidores, productores
y esclavos. Saturno glorifica todas las obras humanas
y el penoso trabajo de los hombres encadenados: Saturno
habla de la redención solamente por el trabajo.
¿Quién dijo que el hombre era el simio
de dios?. Quizás, en un rincón perdido,
un sabio aislado se contenta con el pequeño jardín
que Dios le ha dado en herencia y deja que trabajen
para él el sol, la luna y las estrellas, el agua,
el aire, el fuego y la tierra. Que Saturno, perdón
Satán, perdón la ciencia no lo descubra!!!!
Lo denunciará como un ser asocial que no tiene
sentido de la comunidad, de un irrespetuoso y vulgar
mentecato que quiere subvertir a sus semejantes; invocaría
incluso a la necesidad de practicar la caridad para
forzar a nuestro sabio a entrar en la fila, en la agotadora
danza de los locos.
No está lejos el tiempo en que aquel que no
tenga en la frente y en las manos la marca de la bestia
no podrá comprar ni vender. Saturno ha conseguido
incluso desaparecer de nuestras regiones a los pobres,
a los mendigos y los subversivos que protestan contra
su régimen de oprobios y esclavitud, pero no
logrará hacer desaparecer a la pobreza, la mendicidad,
la subversión y a la desesperación de
los hombres.
Saturno en el nombre de la ciencia, profana todo lo
que toca. Viola tumbas. Deshonra a la mujer. ¿no
acaba de descubrir la generación artificial por
clonación, este odioso simulacro de la partenogénesis?.
El hombre era hijo del amor, pero mañana por
mandato de Saturno ya será hijo del automatismo
y la tecnología como lo son ahora sus máquinas.
Saturno es asegurador consejero. Asegura contra
todos los riesgos: robo, incendio, paro, enfermedad.
Hace también seguros de vida. Es un pequeño
tráfico muy productivo, pero que no ha impedido
que nadie muera o se enferme. Saturno lo ha hecho tan
bien que hemos perdido el sentido de esta meditación.
Vuestro padre que está en los cielos sabe
lo que habéis menester antes de que vosotros
lo pidáis
Saturno ha hecho de la ciencia y de la técnica,
más prestigiosas respecto a los tiempos antiguos.
Sin embargo, nos sentimos cada día más
solos, más inquietos por el día de mañana,
mas abandonados, más desprovistos. ¿Qué
psicoanálisis podría, pues, romper el
muro de la angustia que nos ahoga por imposición
de Saturno?. Nos creemos más civilizados: no
somos más que bárbaros ignorantes, armados
con técnicas terribles porque Saturno quiere
que así sea.
Somos huérfanos abandonados que han perdido
incluso el recuerdo de nuestros antiguos padres y de
nuestra herencia legítima, caídos cada
vez más en un mundo vulgar y grosero que no estaba
hecho para nosotros. Hemos sido recogidos y educados
por esclavos al servicio de su majestad Saturno, después
de habernos impuesto sus concepciones de la vida, nos
ha encadenado a sus trabajos ilusorios.
El canto de una a tórtola ya no despierta a
los hijos de los reyes; El hombre ha perdido el camino
que conduce al palacio de su padre. Ya no sabe que había
sido creado para reinar en al alegría, las fiestas
y los juegos. Ya no lo sabe, pero le queda una oscura
nostalgia. Pero aún subsiste una inmensa minoría
que se esfuerza apasionadamente en reencontrar con sus
propias luces, la felicidad perdida a causa de la caída.
Pero sus luces son las de un nuevo esclavo rebelde.
El veneno está en él, y toda su ciencia
no conseguirá jamás separar la vida de
la muerte. Sus trabajos son tan ilusorios como los castillos
de arena de los niños en la playa: cada marea
los disuelve y sin embargo se esfuerzan vanamente en
mantenerlos; Después de cada desastre, un maestro
de escuela presuntuoso les induce a reanudar el mismo
trabajo según un plan más perfeccionado.
¿No es ya tiempo, para aquellos que han comprendido,
de abandonar este pequeño juego?
EL MAESTRO:
Que bien que se hable así de mi naturaleza, pero
aún no te llega mi mensaje, ¿qué
te pasa?. ¿Hipnotizado por las apariencias?. Déjame
decirte lo siguiente: Voy a revelarte el misterio del
bien y del mal: aguza tus sentidos, concéntrate,
toma notas y escucha: En el proceso de evolución,
la Conciencia Cósmica, que es ese ser Maravilloso
en donde nos movemos, vivimos y tenemos también
nuestro ser, siempre estará afrontando posibilidades
desconocidas de expresión, aunque aparentemente
se encuentre en los límites de su manifestación,
siempre será capaz de trascender cualquier limitación
que va más allá de lo que la mente humana
sea capaz de imaginar.
Hubo un tiempo en donde aparentemente las fuerzas del
bien perdieron el control sobre el planeta tierra. Yo
era el más hermoso de los ángeles de Jehová
y también el más sabio, respetado y admirado
pero mis ideas eran tan revolucionarias que no encontraban
eco entre mis semejantes, me levanté entonces
con rebeldía, pero con tal mala suerte que fui
desterrado a los confines del cosmos. Sin embargo, la
Conciencia Cósmica apelando a su infinita sabiduría,
no intervino y dejó que yo siguiera adelante
con mis planes ¿Tiene algo de sentido que un
Ser que solo es bondad y amor haya permitido en apariencia
este exabrupto de crear al ser humano para condenarlo
al suplicio siendo que ambos comparten una misma esencia
y una misma realidad? Si lo permitió era porque
necesitaba algo que se opusiera, en apariencia, de tal
manera que esta fuerza de oposición movilizara
a los seres humanos hacia la búsqueda de mejores
condiciones para que así al final de los siglos
después de tanto sufrimiento se diera cuenta
que solo las fuerzas espirituales lo llevarán
de nuevo al paraíso en donde vivía. Dentro
del principio indisoluble o ley de las polaridades o
ley de los contrarios, hay dos fuerzas que son transubstentadoras
del equilibrio universal. Ellas son: el llamado Bien
y el llamado mal. El bien representa
al espíritu, a dios. El mal representa
a la materia y al diablo. El bien está representado
por Jehová o energía del tercer logos
como dicen los sabios Cabalistas. El mal
o mundo diabólico está representado por
Jahveh.
|