Nyneve anduvo sin descanso por el Bosque de la Aventura.
Había cambiado desde el tiempo en el que, como
joven impaciente y ambiciosa que era, había robado
a Merlín sus secretos y su vida, como ya hemos
visto en mi artículo Merlín
Encantado. Entonces deseaba poder y prominencia,
sin comprender el precio que la vida exige por esos
dones. Pero, en los años siguientes, su poder
había apresado a su corazón del mismo
modo que ella había apresado a Merlín.
Debido a su magia, ella podía hacer cosas que
las personas corrientes no podían y, en lugar
de que esto le hiciese libre, la había convertido
en esclava de los desesperados. Su don de curar hizo
de ella una sirvienta de los enfermos, y su poder sobre
la fortuna la ligó a los infortunados. Y su conocimiento
de los secretos de los demás seres humanos, que
le mostraba el mal sin importar cómo estuviese
enmascarado, le hacía permanecer en guerra constante
contra los planes ambiciosos de codicia y traición
que se promovían en el mundo que la rodeaba.
Y todavía más, se dio cuenta tristemente
de que mientras su fortaleza la ataba a los débiles
y atormentados, estos no quedaban atados a ella. Porque
ellos no podían ofrecerle amistad como pago de
su deuda. Por ello, Nyneve se encontró sola y
aislada, elogiada pero desolada, y a menudo anhelaba
los tiempos cuando todos echaban al cofre su amabilidad
y su amor a partes iguales. Porque no existe una soledad
como la del que solo puede dar, y ninguna ira como la
de los que solamente reciben y aborrecen el peso de
la deuda. Se quedaba poco tiempo en un solo lugar, porque
la alegría motivada por sus servicios pronto
se convertía en inquietud frente a la amenaza
de su poder.
A medida que iba viajando por el bosque, se cruzó
con un joven escudero que estaba llorando. Cuando le
preguntó qué le pasaba, él declaró
que su amado amo había sido traicionado por su
señora; y ahora el corazón de su amo estaba
tan destrozado que esperaba la muerte con los brazos
abiertos.
-Llévame ante tu señor- dijo Nyneve-.
No debe morir por amor de una mujer que no lo merece.
Si ella es despiadada en el amor, el castigo adecuado
es amar sin ser amada.
Entonces el escudero la condujo ante su amo, Sir Pelleas,
que se hallaba en el lecho con las mejillas hundidas
y la frente con fiebre. Nyneve pensó que no había
visto nunca un hombre tan apuesto y tan atractivo.
-¿Por qué el bien se arroja a los pies
del mal? -dijo ella, calmando la palpitante frente del
caballero con su mano fría. Entonces se puso
a cantarle, y su magia le trajo paz y el encanto de
un soñar despierto. Tras esto fue a buscar a
la perversa señora, que se llamaba Ettarde, y
la llevó ante el lecho del somnoliento Pelleas.
-¿Quién eres que no puedes ser amable?
Te ofrezco el dolor que has infligido a los demás.
Ya comienzas a sentir mi hechizo y por eso estás
empezando a ese hombre. Lo amas más que a cualquier
cosa en este mundo. Morirás por él de
tanto como le amas.
Y Ettarde, prisionera del hechizo, repitió:
-Lo amo. ¡Oh Dios! Lo amo. ¿Cómo
puedo amar a quien antes tanto había despreciado?
-Se trata de una pequeña parte del infierno
que estabas dispuesta a ofrecer a los demás -dijo
Nyneve-. Y ahora vas a ver el otro lado.
Nyneve susurró un buen rato al oído
del caballero durmiente, y despertándolo después,
se retiró a observar. Cuando Pelleas se percató
de la prese3ncia de Ettarde, se sintió lleno
de aborrecimiento por ella, y cuando la mano amorosa
de esta se acercó a él, este la retiró
disgustado.
-¡Vete!- gritó él-. No puedo soportar
el verte. Eres malvada y fría. Déjame
y no te atrevas a acercarte a mí nunca más.
Ettarde se echó al suelo llorando.
Y Nyneve dijo:
-Ahora conoces el dolor. Esto es lo que sintieron
por tí.
-¡Lo amo!- gritó Ettarde.
-Siempre lo amarás -dijo Nyneve-. Y morirás
junto con tu amor no querido; y esa es una muerte dura
y terrible. Vete ahora hacia tu oscura muerte.
Entonces Nyneve regresó ante Pelleas y le dijo:
-Levántate y comienza otra vez a vivir. Un
día encontrarás tu verdadero amor, y ella
te hallará a ti.
-He consumido mi capacidad de amar- dijo tristemente
el caballero-. Todo ha terminado.
-Eso no es así -dijo Nyneve-. Toma mi mano.
Te ayudaré a encontrar tu amor.
-¿Te quedarás conmigo hasta que lo encuentre?-preguntó.
-Si - contestó ella-. Te prometo quedarme a
tu lado hasta que encuentres a tu amor.
Y vivieron juntos y felices el resto de sus días.
La historia de la transformación de Nyneve
puede ofrecer numerosas intuiciones para la creación
de un vínculo duradero. Y no menos importante
es que nos enseñe a que debamos vivir con las
consecuencias internas de nuestras acciones, y que esta
justicia profunda, a pesar de que no se haga patente
en la vida externa, nos puede hacer cambiar de criaturas
insensibles y egocéntricas a personas capaces
de comprensión y compasión. Es posible
que, aun cuando hayamos nacido con el potencial de amar,
solo podamos realizar ese potencial por medio del sufrimiento
nacido del verdadero autoconocimiento.
Nyneve descubre primeramente que el poder y la posición
nunca llegan sin que paguemos un precio y, a menudo,
el precio es el aislamiento de los seres que nos rodean.
Aunque el poder se derive de la riqueza, del conocimiento,
de la posición social, de los dones especiales
artísticos o curativos, de una extraordinaria
belleza o de un carisma sexual, no obstante, debemos
aceptar la carga de la soledad si nos decantamos por
nuestra especialidad. Y tampoco podemos esperar que
nuestro servicio a los demás nos sea recompensado
con amor, pues- como Nyneve termina aprendiendo a sus
propias expensas- la obligación y el amor son
malos compañeros.
Otro descubrimiento de Nyneve es que los daños
infligidos a los demás no pueden desaparecer
simplemente a través del olvido o realizando
buenas obras como penitencias. Cuando injuriamos a otras
personas por medio de la insensibilidad o por la necesidad
de poder, en lo profundo sabemos lo que hemos hecho;
y debemos vivir sabiéndolo durante toda nuestra
vida. El conocido sentimiento de culpa es, en general,
un mecanismo inútil porque, a menudo, se trata
de un reconocimiento intelectual de nuestra culpabilidad,
despojado de verdadero sentimiento. Pero el remordimiento,
que es algo más profundo, surge cuando reconocemos
con todo nuestro corazón que hemos causado dolor
de forma injustificada. El remordimiento sentido profundamente,
nos puede transformar. Lo que Nyneve le ha hecho a Merlín
no puede deshacerse y, a medida que pasan los años
y experimenta la soledad, lleva ese recuerdo dentro
de ella; y esto la hace ser más humilde.
El deseo de Nyneve de ayudar a Sir Pelleas no surge
debido a que piense apropiárselo, sino porque
ve, en lo que su señora Ettarde le ha hecho,
un espejo de lo que ella misma le hizo una vez a Merlín.
Reconoce que Pelleas es un buen hombre, y que una mujer
no muy distinta a joven Nyneve constituye, en efecto,
una expresión de su propio enfado, y con esto
se castiga a sí misma. Ve demasiado claramente
que el apuesto caballero se merece algo mejor de la
vida que la clase de mujer que ella fue tiempo atrás.
Y cuando él declara que ya no es capaz de amar,
su compasión y piedad por él, hace que
se incline a ayudarle para encontrar otro amor, sin
darse cuenta de que ella podía ser ese amor.
Las acciones de Nyneve, en nombre de Pelleas, aparecen
enteramente libres de egoísmo y son, por lo tanto,
distintas a todo lo que ha hecho antes. Su impulso de
corregir los equívocos de Ettarde han surgido
de su remordimiento y de su realización dolorosa
del error de mostrar desconsideración a quienes
nos aman de verdad. Este es un cambio profundo y una
liberación de los venenos del pasado, y su recompensa,
que nunca pretende buscar, es un amor duradero. Los
seres humanos han llenado volúmenes intentando
comprender la naturaleza del amor eterno y el secreto
de hacer que un matrimonio funcione. Esta historia quizá
no responda a todas las preguntas sobre el tema, pero
contiene mensajes importantes sobre las relaciones misteriosas
entre el amor y el autoconocimiento, y sobre el nexo
entre la humildad y la verdadera compasión. La
historia de Nyneve revela también la diferencia
entre "hacer el bien" como medio para exigir
poder y alejarse de la soledad, y ofrecer servicios
a los demás como reflejo de una empatía
nacida de la autocomprensión. Sobre este último
punto, ¿cuantas veces como astrólogos
hemos ofrecido servicios por motivos egoístas?
¿Cuantas veces lo hemos hecho por una auténtica
empatía? Creo que todos los que tenemos algún
conocimiento o curación que ofrecer a los demás,
deberíamos reflexionar sobre ello.
En otro orden de cosas, la historia de Nyneve, es
la historia de una transformación. Ya hemos conocido
la historia del encantamiento de Merlín, ella
era joven, insensible y egoísta, y preparó
la caída del mago con el fin de obtener poder.
Esto lo relaciono con la sombra de Plutón y de
Escorpio. Sin embargo, con el tiempo obtiene sabiduría
y compasión, aspectos más elevados de
Plutón y de Escorpio y que se ha venido a representar
con el águila, la parte más elevada de
dicha energía, la experiencia y el sufrimiento
han transformado a Nyneve y creo que de la misma forma
pueden transformar a las personas que tengan a Plutón
mal aspectado o a planetas en Escorpio o casa 8 mal
aspectados en sus carta natales. Sólo mediante
esta transformación pueden llegar al verdadero
amor y encontrar su felicidad y autorrealización.
Este
artículo tiene su introducción en Merlín
Encantado>>
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