Sabemos que la carta natal es una representación
simbólica del cielo y corresponde a un momento
determinado en el tiempo. Pero los planetas no dejan
de moverse. El Sol, por ejemplo, recorre aproximadamente
un grado por día, y en un año completa
una vuelta por los 360 grados del Zodiaco, mientras
que Plutón se mueve muy despacio y tarda unos
284 años para volver a la misma posición.
En el transcurso de su órbita, un planeta va
formando aspectos con los planetas natales, los denominados
"tránsitos".
Los tránsitos nos muestran dónde se encuentran
los planetas en un momento determinado en relación
con la posición que ocupaban en el momento del
nacimiento. Debido a que el Sol, la Luna, Mercurio y
Venus y se mueven con relativa rapidez, sus tránsitos
son tan pasajeros que rara vez se correlacionan con
períodos significativos. Marte y Júpiter
van más despacio, y sus efectos en las casas
pueden hacerse notar algunos meses o, en el caso de
Júpiter, incluso un año o más.
Sin embargo, los tránsitos de los planetas lentos
-Saturno, Urano, Neptuno y Plutón-indican más
bien períodos críticos, ya que incluso
sus efectos por aspecto se pueden hacer notar durante
años. Cualquier tránsito de estos planetas
advierte épocas claves de aprendizaje, lecciones
que se presentan a través del cambio y de la
crisis. La mejor manera de afrontar una crisis es entrever
el significado y "cooperar con lo inevitable".
Los antiguos chinos llamaron a una crisis wei-chi, una
combinación de las palabras wei (peligro) y chi
(oportunidad). Podemos considerar una crisis una tragedia,
que hay que evitar a cualquier precio, o un momento
decisivo que ofrece la oportunidad de cambiar y evolucionar
-y aprobar un examen más en la escuela de la
vida-.
La técnica de predicción de los tránsitos
es mi preferida y coincido con la opinión de
otros astrólogos, con el hecho de que es la técnica
más clara para predecir las épocas que
nos toca vivir y para prevenirnos al respecto.
Veamos de que manera influyen los tránsitos de
los planetas, a grandes rasgos:
Tránsitos de Plutón
La gente tiende a sentir miedo de los tránsitos
de Plutón, y su razón tienen, porque nos
las vemos aquí con el dios de la muerte, cuyo
dominio es el submundo tenebroso y sombrío. Los
tránsitos de Plutón nos ponen dolorosamente
en contacto con la muerte, aunque en la mayoría
de los casos se trata "sólo" de una
muerte psicológica, la desintegración
y transformación de una parte de nosotros mismos
tal como nos conocemos. Bajo la influencia de Plutón,
cualquiera de los soportes de los que derivamos nuestra
identidad puede desplomarse o estropearse irremediablemente:
una relación importante, el trabajo, una creencia
o filosofía de la vida, etc. Todos hemos experimentado
el final de algún "capítulo"
de nuestra vida, pero cuando está en juego Plutón,
además, pueden emerger a la superficie emociones
oscuras como la rabia o un tremendo sentimiento de humillación.
Incluso si en un nivel intelectual podemos saber que
aceptar un cambio radical significará un renacimiento
y que ese cambio será positivo, aun así
la muerte de nuestro apego nos da miedo y nos duele.
Para facilitar nuestro proceso de muerte y renacimiento,
necesitamos tener humildad y paciencia, e ir dando tiempo
a todos los sentimientos movilizados por la pérdida,
porque sólo entonces podremos abrirnos plenamente
a ese "yo" nuevo y desconocido que pugno por
nacer.
Tenemos que enfrentarnos con cualquier cosa que esté
sepultada en nosotros, trátese de potencialidades
no tocadas o de nuestros propios demonios y complejos
reprimidos, porque antes de poder transformar nada que
haya en nuestro interior, tenemos que empezar por aceptar
que está ahí.
No hay manera de evitar el dolor, ni es fácil
hacer el duelo; lo mejor es aprender a no luchar "heroicamente"
contra lo inevitable, porque no conseguiremos más
que hacer más profunda nuestra angustia. Este
tránsito puede crear dolor, crisis y dificultades,
pero lo hace en nombre del crecimiento y del cambio
necesarios.
Tránsitos de Neptuno
Neptuno está vinculado con el deseo de trascender
los límites de la personalidad y fundirse con
algo más grande. En esencia, es el anhelo de
perdernos e ir más allá de las fronteras
del ego aislado, ya sea por medio de una serena comunión
con la naturaleza, escuchando música o sumergiéndonos
en estados meditativos. Neptuno es un disolvente de
fronteras y, en sus tránsitos, difumina o disuelve
la frontera entre nosotros y los demás. También
puede diluir la fuerza de una energía hasta entonces
concentrada, ya se trate de una carrera o de una relación
cuidadosamente estructurada, o bien de una convicción
o de una actitud tenazmente mantenida.
Pero un tránsito de Neptuno socava también
la frontera interna entre consciente e inconsciente,
sumergiendo o anegando nuestra identidad consciente
en contenidos provenientes del inconsciente. Ese efecto
puede intensificar nuestra conciencia de la unidad de
todo lo que existe y aumentar nuestra capacidad de comprender
la esencia espiritual que es el núcleo subyacente
en todas las formas de vida. Neptuno nos puede ayudar
a acceder a esa dimensión más allá
de la supuesta realidad que podemos ver y tocar. Los
físicos cuánticos, por ejemplo, descubrieron
que ya no se podía considerar la realidad como
un complejo de cosas y demarcaciones diferentes, sino
más bien, lo que en ocasiones se pensó
que eran "cosas" limitadas resultaban ser
aspectos recíprocamente entretejidos. Incluso
la física está, por lo tanto, reafirmando
una intuición que hasta entonces sólo
se atribuía a los místicos y a los artistas:
que en el nivel más profundo de nuestra existencia
estamos todos conectados y formamos parte de una Realidad
Suprema.
Tránsitos de Urano
Urano está vinculado con la rebelión contra
la autoridad establecida y la introducción de
nuevos conceptos. En un nivel personal, se asocia con
el cambio y la ruptura del statu quo, introduciendo
algo inesperado, y tal vez extravagante, en nuestra
vida. Descontento con lo existente, Urano quiere alterar
y mejorar la situación en búsqueda de
su visión ideal. Un tránsito de Urano
actúa como un despertador que nos arranca bruscamente
de nuestro sueño, pero depende de nosotros si
abrimos los ojos a un nuevo día, o si nos tapamos
la cabeza con las sabanas.
Si bloqueamos o reprimimos los cambios que nos pide
Urano, entonces nacen las Furias dentro de nosotros,
y bullimos de resentimiento hacia aquellos por quienes
nos sentimos restringidos, y es posible que nos enojemos
incluso con nosotros mismos. Por otro lado, si actuamos
de acuerdo con los impulsos de Urano, es probable que
los resultados inmediatos no sean placenteros, ya que
nos asusta la nueva visión que tenemos de nosotros.
Sin embargo, incluso en medio de crisis y dificultades,
la energía uraniana nos ayuda a entender por
qué estamos sufriendo y en qué consiste
la lección que estamos destinados a aprender.
Urano nos conecta con nuestra voz interior y nos permite
penetrar en una dimensión de comprensión
superior -la intuición-.
Tránsitos de Saturno
Saturno es visto como el "malhechor" en la
astrología clásica. Una visión
más moderna es que representa un desafío
que nos sitúa ante la oportunidad de un mayor
desarrollo. Su posición en las casas indica en
qué área de la vida las dificultades pueden
aparecer, en dónde están nuestros temores
y debilidades, aunque también puede aportar estabilidad
a determinadas situaciones. En este sentido Saturno
nos presenta la factura de nuestro comportamiento pasado,
por lo que la intensidad de la influencia del tránsito
difícil depende de nosotros. Generalmente tan
sólo nos hace conscientes de las limitaciones
que podemos aceptar.
El ciclo completo de Saturno a través de la carta
natal dura entre 28 y 30 años y culmina en el
llamado "Retorno de Saturno", la fase en la
cual Saturno alcanza su posición original en
la carta natal. Así pues, Saturno permanece en
cada casa entre dos y tres años, y en ese tiempo
también se vuelve retrógrado, lo cual
implica que, si entra en aspecto con otro planeta, este
aspecto volverá a repetirse posteriormente: El
primer encuentro presentará el tipo de problemas,
el retorno intensificará el problema, y en el
tercer encuentro deberíamos tener suficiente
fuerza y madurez para trabajar en una solución
constructiva y solucionar el conflicto.
Finalmente, debería enfatizarse una vez más
que las experiencias saturninas pueden ser dolorosas,
pero no necesariamente deben serlo si vivimos en armonía
con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Tránsitos de Júpiter
Júpiter permanece en cada casa hasta dos años,
dependiendo del tamaño de ésta. En total
son doce años los que tarda en dar una vuelta
a la carta natal. Tal vez experimentemos desarrollos
positivos en las casas afectadas, debido a que Júpiter
siempre se ha considerado el gran patrón, el
protector y el mensajero de la buena suerte. El principio
de expansión así como el del esfuerzo
por mejorar cualquier tipo de situación o cosa
están asociados a Júpiter. Sin embargo,
cuando ejerce su influencia como expansivo se puede
convertir con rapidez en excesivo, lo cual se puede
percibir cuando aparece en la forma de ganancia de peso.
Generalmente sus efectos benevolentes pueden llevar
a la flojedad.
Los aspectos de Júpiter en tránsito describen
cómo nuestra perspectiva en la vida puede ser
influenciada y cómo percibimos nuestro papel
en el universo durante esta fase, debido a que este
planeta también tiene que ver con la confrontación
intelectual con el medio ambiente en un nivel más
alto.
Tránsitos de Marte
En contraste con el Sol, la Luna, Mercurio y Venus,
planetas que todos se mueven rápidamente, Marte
necesita un poco más de tiempo para moverse a
través de una casa. Como promedio tarda dos o
tres meses; cuando es retrógrado puede tardar
dos veces más. Cuando Marte se encuentra transitando
una casa indica en qué áreas deberíamos
centrar nuestros esfuerzos y de dónde proviene
nuestra motivación. Marte otorga la energía
para vivir y llevar a cabo esfuerzos para lograr nuestros
objetivos. También están asociadas a Marte
la sexualidad, la agresividad y el éxito.
Los aspectos de Marte en tránsito describen la
manera de enfrentar las cosas: con dureza y desconsideración
o "solamente" determinado y con energía.
Un Marte debilitado puede dificultar la autoafirmación
y la defensa de nuestros intereses, debido a que perdemos
la fe en nuestros propios recursos. Marte determina
el "Ego" de una persona, también la
búsqueda de metas egoístas, la raíz
de toda maldad en el mundo.
No obstante, empleada de una manera prudente y considerada,
esta energía nos ayuda a afirmar nuestro ser
y progresar en el sendero de la autorrealización.
Tránsitos de Venus
Venus viaja por la carta natal aproximadamente en un
año, impregnando los asuntos de cada casa con
una dosis de serenidad, creatividad y sociabilidad.
Las áreas afectadas serán especialmente
placenteras en ese momento, incluso aunque Venus pueda
inducir a cierta pasividad y ociosidad.
En principio, este planeta está relacionado con
el amor y la armonía. Los aspectos de Venus en
tránsito nos hablan acerca de la estructura de
nuestras relaciones, si las amistades son satisfactorias
para todo el mundo, y sobre la situación de nuestras
relaciones íntimas. El efecto suele ser, en general,
positivo, incluso aunque el tránsito de Venus
sea rápido y sólo dure unos pocos días.
Tránsitos de Mercurio
Mercurio en las casas muestra las áreas de la
vida en las que hemos tenido que aprender y señala
aquellos temas que nos pueden inspirar, incluso hasta
el punto de conducirnos a investigar todo lo relacionado
con dichos temas.
Los aspectos de Mercurio en tránsito nos pueden
ayudar a reconocer la manera de enfrentarnos a la gente
que nos rodea, a cómo afrontar los problemas
y a cómo estructurar nuestra comunicación
con otras personas, por lo que en la astrología
clásica las relaciones con los vecinos y hermanos
son de especial importancia. También los viajes
cortos, sobre todo de negocios, son regidos por Mercurio.
Si Mercurio transita varios planetas a la vez, puede
causar excitación y confusión e incluso
desafiar nuestro intelecto, pero no suele desestabilizar
nuestra vida, ya que los tránsitos duran sólo
unos días.
Tránsitos de la Luna
La Luna es el cuerpo celeste más rápido,
ya que se mueve aproximadamente 1º cada dos horas,
transitando toda la carta natal en unos 29 días.
En consecuencia, un aspecto lunar en tránsito
dura apenas 24 horas, y rara vez tiene un significativo
profundo, aunque puede señalar fechas claves
para celebrar acontecimientos o comenzar proyectos.
Por ejemplo, los almanaques del siglo pasado solían
incluir dichos con referencia a la influencia de la
Luna sobre la agricultura como éste: "Si
siembras el grano en luna menguante, saldrá adelante".
Tránsitos del Sol
El Sol avanza aproximadamente un grado al día.
Transita de esta manera por las doce casas de la carta
natal en un año, y enfatiza una tras otra todas
las áreas importantes de la vida. Nos muestra
las áreas sobre las que debemos centrar nuestra
atención, las fuentes de las que podemos absorber
energía y todo lo que nos concierne en general.
Como representativo de la energía vital, de la
voluntad y de la autoexpresión, el Sol en tránsito
en aspecto con los planetas natales indica sobre todo
nuestro estado de ánimo y nuestra salud.
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