"Es el vivo retrato de su padre", o "Cada
vez tiene gestos mas parecidos a los de la madre",
son frases que utilizamos habitualmente cuando nos referimos
a nuestros hijos o a hijos de conocidos, en la medida
que identificamos sus rasgos, sus gestos, su manera
de hablar o de moverse, con la de sus padres o la de
sus abuelos.
En otras oportunidades nos sorprendemos descubriendo
en nuestro interlocutor, actitudes que nos recuerdan
a aquel viejo amigo y confirmamos que no cabe duda que
se trata de su hijo.
Estas similitudes en el carácter, en la forma
de ser, en lo gestual, plantearon a muchos especialistas
la necesidad de discutir si estos rasgos comunes son
hereditarios o si en realidad se trata de la "copia"
que nuestros descendientes van realizando de nuestra
forma de ser. Por supuesto que no se han puesto de acuerdo.
Algunos sostienen que determinados rasgos físicos
se heredan (y en esto no puede haber discusión),
y otros se aventuran mucho mas y suponen que ciertas
actitudes, gestos, tics, carácter y reacciones,
responden también a factores hereditarios.
No soy un especialista en cuestiones relacionadas
con lo genético, pero quienes estudian el tema
han determinado que la herencia física existe,
y muchos aventuran que la psíquica también
(independientemente del valor que tiene el aprendizaje
en los niños ya que a determinada edad están
predispuestos a copiarlo todo), por lo que se sería
necio dudar de la realidad de este factor. Pero si puedo
opinar de la realidad y presencia permanente de la "herencia
planetaria" o "herencia astrológica",
un tema del que si puedo opinar debido a que la realidad
de su existencia se corrobora mediante la simple lectura
de la Carta Natal.
En muchas oportunidades planteamos que la astrología
se rige por la interpretación de diferentes símbolos
planetarios, pero ¿es válido suponer que
estos símbolos pueden ser transmitidos de padres
a hijos a través de generaciones? La experiencia
astrológica hace que este planteo se transforme
en una realidad. La lectura de Cartas Natales de los
integrantes de cualquier familia, permite descubrir
aspectos que son comunes e interrelaciones entre las
mismas, que se expresan a través de posiciones
planetarias similares y superposición de planetas
que tienen que ver con el vínculo que los integrantes
de la familia mantienen entre sí.
Se ha comprobado a través de la lectura de
numerosas cartas natales, que en muchos casos, las posiciones
del Sol y la Luna (asociados en casi todas las culturas
con el simbolismo de lo masculino y lo femenino respectivamente),
coinciden con los signos solares o ascendentes del padre
y de la madre respectivamente. Existen familias enteras
que tiene lo que podríamos llamar un signo dominante
o "regente", ya que con solo considerar tres
elementos, como lo son el Sol la Luna y el Ascendente,
comprobamos que toda la familia posee uno de estos elementos
en un mismo signo zodiacal. El resultado de esta comprobación
es interesante desde diferentes puntos de vista. Por
una lado es indicio de un vínculo sumamente fuerte
y difícil de romper. Se da en casos de familias
sumamente unidas y que trabajan todos en proyectos comunes,
y por otra parte hablan de una coincidencia de carácter,
de moral y de formas de encarar la vida.
Por supuesto que estos no son los únicos elementos
coincidentes cuando analizamos cartas natales de familiares.
Existen otros que son específicos del conocimiento
astrológico, y que estrictamente manifiestan
sus coincidencias a través de posiciones planetarias
matemáticamente exactas.
Es probable que a nadie se le puede ocurrir todavía,
utilizar este tipo de coincidencias planetarias como
medio de prueba, en caso de querer probar la paternidad
de alguien o un supuesto vínculo familiar. Pero
si podría constituirse en un elemento para tener
en cuenta en el caso de querer luego profundizar a través
de otros métodos supuestamente eficaces desde
un punto de vista estrictamente científico.
Pero más allá de las derivaciones prácticas
y legales que este tipo de método podría
plantear (si es tenido en cuenta), podemos utilizar
estas coincidencias planetarias en la búsqueda
de algo que nos identifique con nuestros familiares
mas directos, y que nos permita profundizar en la búsqueda
de una relación mucho mas estrecha y duradera.
Los planetas se transforman, de esta manera, en hilos
conductos de nuestras vidas a través de la historia
de nuestros antepasados, lectura que podemos hacer si
detectamos, exactamente, cual es el signo o planeta
que se convierte en el factor hereditario de nuestra
familia. Si este factor es identificado, podremos también
imaginar como será nuestra descendencia.
|