Los astrólogos muchas veces nos proponemos
explicar la relación que existe entre la psicología
y la astrología, como una manera de revalorizar
la disciplina que practicamos. Muchas veces nos convertimos
en fanáticos de la "Astrología Psicológica"
o de la "Psicoastrología", tal como
a algunos les gusta denominar esta relación,
y tratamos de encontrar mil y una explicaciones para
demostrar que no estamos equivocados en nuestras aseveraciones.
Pero muy pocas veces hemos recurrido a la verdadera
fuente de inspiración de esta relación
interdisciplinaria. Dos astrólogos famosos, Jean
Carteret (ya fallecido) y Andre Barbault (eximio astrólogo
francés especializado en astrología y
psicología), realizaron en el año 1954
una entrevista al padre de una de las corrientes psicológicas
mas arraigadas en la actualidad. Esta entrevista realizada
a Carl Gustav Jung fue publicada en la revista española
Kepler, especializada en astrología, y sus conceptos
mas importantes siguen tan vigentes como en el año
en que fue publicada.
Sus párrafos mas sobresalientes eran los siguientes:
- Maestro, ¿que relación
encuentra entre la Astrología y la Psicología?
Ha habido muchos casos de analogías chocantes
entre la constelación astrológica y el
suceso psicológico, o entre el horóscopo
y la disposición caracterológica. Incluso
existe la posibilidad de una cierta predicción
en cuanto al efecto psíquico de un tránsito,
por ejemplo. Se puede esperar, con un grado de probabilidad
bastante alto, que cierta situación psicológica
bien definida venga acompañada por una configuración
astrológica análoga. La astrología
consiste en configuraciones simbólicas, como
el inconsciente colectivo del que se ocupa la psicología:
los "planetas" son los dioses, símbolos
de las potencias del inconsciente (en primera línea
y mas allá).
- ¿De que modo: físico,
causal, sincrónico... piensa usted que pueden
establecerse estas relaciones?
Me parece que en este caso se trata sobre todo de
ese paralelismo o simpatía que llamo sincronicidad:
relación acausal que expresa aquellos nexos que
no se dejan formular por la casualidad, como por ejemplo
la precognición, la premonición, la psicokinesia
(PK), y también lo que se llama telepatía.
Dado que la causalidad es una verdad estadística
hay excepciones de naturaleza acausal que pertenecen
a la categoría de los acontecimientos sincronísticos
(y no sincrónicos). Guardan relación con
el "tiempo cualificado".
- ¿Que actitud mantiene usted
ante posiciones de los astrólogos que admiten
la existencia de un terreno psicológico desde
el nacimiento, y de los psicoanalistas que explican
la etiología de las neurosis a partir de las
primeras experiencias de la vida?
Las primeras experiencias de la vida deben su efecto
específico (patógeno) a la influencia
del medio por un lado y por otro a la predisposición
psíquica, es decir, a la herencia, que parece
expresarse de manera reconocible en el horóscopo.
Este último parece corresponder a un cierto momento
del diálogo mutuo de los dioses (lo que significa:
de los arquetipos psíquicos).
- La astrología reconoce en sus
principios la noción de un tiempo cualificado
en el Universo. ¿Reconoce usted su papel en la
psiquis individual (problema de los ciclos y de los
tránsitos)?
Esta es una noción de la que yo también
me he servido antes, pero la he reemplazado por la idea
de sincronicidad, que es análoga a la de simpatía
o de correspondencia, o a la de armonía preestablecida
de Leibnitz. El tiempo no es nada. Solo es un modus
cogitandi del que nos servimos para expresar y formular
el flujo de las cosas y de los acontecimientos, lo mismo
que el espacio no es mas que un modo de caracterizar
la existencia de un cuerpo. Cuando no sucede nada en
el tiempo y no existe ningún cuerpo en el espacio,
entonces no hay ni tiempo ni espacio. El tiempo es siempre
(y exclusivamente) "cualificado" por los acontecimientos,
como lo es el espacio por la extensión de los
cuerpos. Pero es una tautología y no quiere decir
nada, mientras que la sincronicidad (no el sincronismo)
expresa el paralelismo y la analogía entre los
sucesos, un tanto que no causales. Por otra parte, el
"tiempo cualificativo" es una hipótesis
que se esfuerza en explicar el paralelismo de ciertos
acontecimientos en términos de causa y efecto.
Y dado que el tiempo cualificativo no es mas que el
flujo de las cosas, y aparte de eso tan "nada"
como el espacio mismo, esta hipótesis no establece
mas que la mera tautología.
La sincronicidad niega la causalidad como explicación
de la analogía entre los acontecimientos terrestres
y las constelaciones (salvo en lo que se refiere a la
desviación de los protones solares y su posible
efecto en los acontecimientos terrestres), y particularmente
la niega en todos los casos de percepciones extrasensoriales
(ESP), sobre todo la precognición, ya que no
resulta imaginable que se pueda observar el efecto de
una causa inexistente o que todavía no existe.
Lo que se puede establecer en astrología es
la analogía de los sucesos, pero en modo alguno
que una serie sea el efecto o la causa de otra. (Por
ejemplo, la misma constelación significa una
vez una catástrofe y, en el mismo caso, otra
vez reúma...). De todos modos el caso de la astrología
no es nada sencillo: existe esa desviación de
los protones solares, a causa de las conjunciones, oposiciones
y aspectos de cuadratura por una parte, y los trígonos
y sextiles por otra, con sus influencias sobre la radio
y sobre otras muchas cosas. No soy competente para juzgar
que importancia debe serle atribuída a esta posibilidad
causal. En todo caso, la posición de la astrología
entre los métodos intuitivos es única
y particular, y si existe razones para dudar de una
teoría puramente causalista por una parte, también
de la validez exclusiva de la hipótesis sincronística,
por otra.
- ¿Ha constatado usted, en el
transcurso de tratamientos analíticos, fases
de resistencia y otras de fácil resolución,
en relación con tránsitos planetarios
en el tema del paciente?
He observado muchos casos en los que una fase psicológica
bien definida, o un hecho análogo, ha estado
acompañado por un tránsito (sobre todo
aflicciones de Saturno y de Urano).
- ¿Que críticas mayores
hace usted a los astrólogos?
Si es que me atrevo a pronunciarme sobre un terreno
que solo conozco muy superficialmente, diré todo
lo mas que el astrólogo no siempre considera
sus indicaciones como puras posibilidades. La interpretación
es a veces demasiado literaria y poco simbólica,
y también demasiado personal. El r y los planetas
no son rasgos personales, sino mas bien datos impersonales
y objetivos. También pienso que la interpretación
de las casas debería considerar varios "niveles
de significación".
- ¿En que vía estima que
sería deseable se orientase el pensamiento astrológico?
Es evidente que la astrología puede ofrecer
mucho a la psicología, pero ¿en que puede
esta contribuir esta al avance de su hermana mayor es
menos evidente. Por lo que yo puedo juzgar me parece
que sería conveniente para la astrología
que se diese cuenta de la existencia de la psicología,
sobre todo de la que estudia la personalidad y el incosnsciente;
estoy casi seguro de que se podría aprender algo
de su método de interpretación simbólica.
Se trata de la interpretación de los arquetipos
(los dioses) y de sus relaciones mutuas, lo que es común
a las dos partes. Es la psicología del inconsciente
la que se ocupa particularmente del simbolismo arquetípico.
(26/5/1954).
Hasta aquí el aporte que Carl G. Jung realizaba
a la astrología, sin descuidar tampoco sus consideraciones
a temas que hoy estudia la moderna parapsicología.
Es importante, entonces, que tanto astrólogos
como psicólogos lleguen en algún momento
a fijarse un objetivo común para aportar una
disciplina común a las necesidades del ser humano.
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