Con frecuencia,
cuando nos encontramos en presencia de una persona a la
que acabamos de conocer, no podemos evitar evocar insistentemente
la imagen de otra a la que conocemos bien. La primera
nos recuerda a la segunda, a veces por razones obvias
-un parecido físico increible, por ejemplo- pero
otras veces sin razón aparente. La explicación
de esto reside, según creo, en que nuestra tendencia
natural en materia de conocimiento es básicamente
conservadora; cualquier objeto nuevo con el que topamos
tendemos a asimilarlo en función de nuestro conocimiento
previo de otros objetos. Nos preguntamos enseguida ¿qué
es esto?, es decir, ¿qué clase de objeto
es éste? , y nos tranquiliza sobremanera encontrar
una categoría dentro de la cual acomodar al recién
llegado, sin necesidad de "hacer obras" en la
estructura de nuestro conocimiento. Cuando no disponemos
de una categoría en sentido estricto, nos contentamos
con un precedente. Al parecer, se trata de un recurso
económico, es decir, de ahorrar tiempo y esfuerzos
aprovechando la experiencia anterior en lo que nos pueda
valer para reaccionar ante el presente; desde luego, de
tan ingente cantidad de información como hemos
almacenado durante muchos años sólo puede
hacerse cargo con mediana eficiencia un tándem
consciente -inconsciente, en el que el segundo lleva la
parte del león. Precisamente por esto, porque buena
parte de los elementos que configuran nuestra percepción
global de una situación son de naturaleza inconsciente,
es por lo que muchas veces no sabemos dar razón
de por qué asociamos una persona con otra o un
recuerdo con una situación.
Aunque esta clase de enigmas nunca se despejarán
del todo, podemos recabar en nuestro auxilio el apoyo
de algunas técnicas astrológicas que ayuden
a aislar algunos posibles puntos de contacto. Ese es
el objetivo fundamental de un documento como éste.
Se trata, por una parte, de entender mejor una experiencia
personal: por qué en presencia de J no podía
dejar de pensar en C. Y, de rebote, ilustrar de una
forma concreta el modo de funcionamiento de los complejos
aspectos planetarios. Naturalmente, todo cuanto registro
aquí tiene escaso valor para quien no haya conocido
realmente a estas dos personas de las que hablo. No
obstante, el provecho fundamental que puede obtener
cualquiera de este testimonio creo que se resume en
lo siguiente:
1. La impresión de conjunto prevalece sobre la
percepción de los elementos aislados.
2. Cada elemento particular considerado en sí
mismo tiene una naturaleza relativamente débil,
flexible y polivalente.
En términos culinarios, podríamos decir
que el sabor peculiar de un plato procede de una combinación
determinada de ingredientes; fundamentalmente qué
es lo que lleva, en qué estado y en qué
proporciones, sin que importe demasiado si éste
o aquél ingrediente es discernible a la vista,
está arriba o abajo, dentro o fuera de un relleno
o formando parte de la salsa. Ingredientes similares
en proporciones similares normalmente producirán
un sabor parecido aunque, a simple vista, los platos
no se parezcan en nada.
Transponiendo, digamos que alguien con Sol en Tauro,
Luna en Géminis y Ascendente Virgo probablemente
se parezca más a alguien con el Sol en Virgo,
Luna en Tauro y Ascendente Géminis que a otro
que tenga simplemente el Sol en Tauro como él.
Esta convicción se ha ido forjando a la vista
de decenas de comparaciones, de las que presento aquí
sólo un ejemplo y, desde luego, no el más
espectacular.
Comparación de las Cartas Natales de:
Código(*) Día / Mes/ Año Hora
Margen Lat. Long.
X00002 ; 26 / 09 / 1964 ; 13:30 U.T. (± 00h05m);
37N11 , 003W36 ( C )
X00001 ; 19 / 07 / 1951 ; 07:00 U.T. (± 00h20m);
38N53 , 006W58 ( J )
(*ver NOTA 1).
Ambas...........................................................(
A )
1. Mercurio conjunción Plutón (A).
2. Júpiter oposición Neptuno (A).
3. Saturno en Casa 2 (A).
4. Luna en AIRE (A).
5. Luna en 2º cuadrante (A).
6. Sol tropical conjunto a Ascendente dracónico.
(C) ( NOTA 2
).
Sol dracónico conjunto a Ascendente tropical.
(J).
7. Sol dracónico en Cáncer. (C)
Sol tropical en Cáncer. (J).
8. Sol nodo-ecuatorial en Virgo. (C) ( NOTA
3 ).
Ascendente dracónico en Virgo. (J).
9. Conjunción Mercurio/Plutón en Virgo
tropical. (C)
Conjunción Mercurio/Plutón en Virgo dracónico.
(J).
10. Júpiter en Tauro opuesto a Neptuno en Escorpio
(tropical) (C)
Júpiter en Tauro opuesto a Neptuno en Escorpio
(dracónica)(J)
11. Venus de C ocupa los mismos grados que Mercurio/Plutón
de J.
Venus de J ocupa los mismos grados que Mercurio/Plutón
de C.
12. Eje de espejo cósmico: hacia el primer grado
de Virgo ( NOTA 4
).
<--- Sol-Mercurio-Plutón-Venus (C)
Sol-Mercurio-Plutón-Venus ---> (J).
13. Fuerte Leo.
Marte, Venus (tropical); Neptuno (dracónica).
(C)
Ascendente, Mercurio, Plutón (tropical);
Urano, Sol (dracónica) (J)
Observación.
Especialmente interesante parece el conjunto de similitudes
anotadas en los puntos 6, 7, 9 y 10. En todos estos
casos, cada una de ellas tiene en su carta tropical
algún aspecto que la otra tiene en su carta dracónica.
Da la impresión de que tienen una especial facilidad
para cambiar de registro entre ambas modalidades. La
clave de bóveda de este asunto podría
estar en el punto 6. En C, el Sol tropical parece sumergirse
en la carta dracónica a través del Ascendente.
En J, por el contrario, el Sol dracónico parece
emerger en la carta tropical a través del Ascendente.
Similitudes captadas.
Caras redondas, como de Luna llena, que transmiten
cierta sensación de reposada plenitud (7). Pese
a desenvolverse con cierta cautela (7), parecen tener
firmes convicciones (1) y una profunda autoestima (6/13).
No parecen dispuestas a permitir que nadie las desvíe
de sus propósitos y se valen para ello de actitudes
de persistencia verbal y postural bien definidas. Hay
algo de desafiante e inquietante en ellas (1), pero
se muestran respetuosas y receptivas (4).["Habla,
di lo que quieras, haz lo que quieras, yo te escucho,
pero no voy a cambiar"].
Por momentos su voz se empequeñece, se les vuelve
aniñada, y entonces hablan con un tonillo de
resignación no exento de cierta complacencia
(7).
Julián García Vara, septiembre, 1998.
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