Existen pocos mitos tan fascinantes y tan extendidos
por el mundo como el de los vampiros. A diferencia de
otros, todo el tiempo se está actualizando, adaptándose
al cambio constante de la sociedad. Como su protagonista,
este mito se niega a morir, y por lo visto, parece ser
tan inmortal como la misma muerte.
Desde siempre, la astrología ha abrevado en
los mitos para dar cuenta de correspondencias muy significativas
entre un particular argumento y las características
adjudicadas a los signos, los planetas, o a la relación
entre planetas. En este sitio intentaré mostrar
las analogías existentes entre el mito vampírico
y la dialéctica que puede darse entre Venus y
Plutón; y en otro nivel, entre la polaridad Tauro/Escorpio.
Y a fin de cuentas, descubrir qué es eso tan
importante que estos seres de la noche quieren decirnos.
EL MITO VAMPÍRICO
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Probable nacimiento del mito
Hace miles de años, el
ser humano era un competidor más (entre
muchos otros) por los alimentos disponibles sobre
la faz del planeta. La diferencia entre cazar
y ser cazado era mínima.
Acaso cuestión de suerte,
instinto e inteligencia.
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Seguramente, los felinos o los cánidos eran
nuestra principal fuente de preocupación, sobre
todo cuando caía la noche y teníamos que
trepar a los árboles para protegernos. Más
tarde, como cavernícolas, la oscuridad y las
bestias allá afuera, suponían
un terreno peligroso para la supervivencia no sólo
del individuo sino de la especie (teniendo en cuenta
que hace 300.000 años los humanos éramos
muy escasos).
Sentados alrededor de una fogata y rodeados por tinieblas,
los aullidos y los diversos ruidos de los seres nocturnos
despertaban la imaginación de nuestros ancestros,
creando ominosas y fascinantes historias. A la vez,
seres terroríficos poblaban nuestros sueños
(cosa que ha cambiado muy poco) despertando dramáticas
sensaciones y oscuros sentimientos.
El miedo es el sentimiento que crea la figura del vampiro.
Por eso, los deseos y los miedos más atávicos
están condensados en esta figura: miedo a ser
devorado, miedo a la muerte, miedo a los muertos, miedo
a la oscuridad, deseo de devorar, deseo de inmortalidad,
etc.
Es lógico pensar que, a fin de cuentas, el miedo
de ser devorado tiene la misma carga psíquica
que el deseo de devorar. Tanto el vampiro como su víctima
viven dentro nuestro.
Por otro lado, la sangre siempre ha sido símbolo
de la vida, mientras que su ausencia denota peligro
de muerte. El temor a ser mordido por hombre o animal
no sólo tiene que ver con la importancia concreta
que tiene la sangre como fuente de vida, sino también
con su valor simbólico.
La práctica de la antropofagia y de la hematofilia
con fines rituales, ha sido muy extendida en todo el
mundo. Aztecas, mayas, tribus amazónicas y africanas,
entre muchas otras culturas, han hecho uso de ella.
Beber la sangre del enemigo significaba incorporar su
fortaleza, su valentía, y hasta poseer su espíritu.
Pensemos que esto no es parte del incivilizado pasado;
periódicamente nos enteramos de individuos mentalmente
desequilibrados que actualizan el ritual; y nosotros,
quizás para mantener nuestra cordura, atestamos
las salas donde se proyectan las gastronómicas
aventuras de Hannibal Lecter.
Durante el siglo XVIII se dio en Europa oriental una
verdadera epidemia de vampiros que suscitó numerosos
debates científicos y teológicos sobre
el límite entre la vida y la muerte. Obras como
el Tratado sobre Vampiros de Dom Calmet,
Cogitationes de Vampiris de Johan Herenberg,
o Masticatione mortuorum in tumulis de Michel
Raufft y Phillipe Rherius, intentaron aportar conocimientos
racionales acerca de las costumbres de los vampiros.
La epidemia de sífilis que azotaba Europa en
esos momentos (una enfermedad venérea, es decir,
de Venus) también fue sospechosa de tener un
origen vampírico.
Durante los 80 y principios de los 90 (en
sincronía con el ingreso de Plutón en
Escorpio en Noviembre de 1983), el tema del SIDA, la
sangre y las formas de contagio preocupaban a toda la
sociedad. Es una época en que se editan muchas
obras y se estrenan numerosas películas y series
de vampiros. (Buffy la cazavampiros, el Drácula
de Coppola, Del crepúsculo al amanecer, Blade,
Entrevista con el vampiro, etc.)
Lo que se juega en este mito es algo tan profundo como
lo es la vida y la muerte... el misterio de la vida
y el misterio de la muerte.
Descubrir que la vida sólo puede nutrirse de
muerte, y que la muerte permite la vida y la creatividad,
y que esto es lo más natural del mundo y condición
sine que non de la existencia, es lo que
nos enseña el eje Tauro/Escorpio.
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