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ASTROLOGÍA & VAMPIROS (I)

Existen pocos mitos tan fascinantes y tan extendidos por el mundo como el de los vampiros. A diferencia de otros, todo el tiempo se está actualizando, adaptándose al cambio constante de la sociedad. Como su protagonista, este mito se niega a morir, y por lo visto, parece ser tan inmortal como la misma muerte.

Desde siempre, la astrología ha abrevado en los mitos para dar cuenta de correspondencias muy significativas entre un particular argumento y las características adjudicadas a los signos, los planetas, o a la relación entre planetas. En este sitio intentaré mostrar las analogías existentes entre el mito vampírico y la dialéctica que puede darse entre Venus y Plutón; y en otro nivel, entre la polaridad Tauro/Escorpio. Y a fin de cuentas, descubrir qué es eso tan importante que estos seres de la noche quieren decirnos.

 

EL MITO VAMPÍRICO

Probable nacimiento del mito

Hace miles de años, el ser humano era un competidor más (entre muchos otros) por los alimentos disponibles sobre la faz del planeta. La diferencia entre cazar y ser cazado era mínima.

Acaso cuestión de suerte, instinto e inteligencia.

Seguramente, los felinos o los cánidos eran nuestra principal fuente de preocupación, sobre todo cuando caía la noche y teníamos que trepar a los árboles para protegernos. Más tarde, como cavernícolas, la oscuridad y las bestias “allá afuera”, suponían un terreno peligroso para la supervivencia no sólo del individuo sino de la especie (teniendo en cuenta que hace 300.000 años los humanos éramos muy escasos).
Sentados alrededor de una fogata y rodeados por tinieblas, los aullidos y los diversos ruidos de los seres nocturnos despertaban la imaginación de nuestros ancestros, creando ominosas y fascinantes historias. A la vez, seres terroríficos poblaban nuestros sueños (cosa que ha cambiado muy poco) despertando dramáticas sensaciones y oscuros sentimientos.

El miedo es el sentimiento que crea la figura del vampiro. Por eso, los deseos y los miedos más atávicos están condensados en esta figura: miedo a ser devorado, miedo a la muerte, miedo a los muertos, miedo a la oscuridad, deseo de devorar, deseo de inmortalidad, etc.
Es lógico pensar que, a fin de cuentas, el miedo de ser devorado tiene la misma carga psíquica que el deseo de devorar. Tanto el vampiro como su víctima viven dentro nuestro.
Por otro lado, la sangre siempre ha sido símbolo de la vida, mientras que su ausencia denota peligro de muerte. El temor a ser mordido por hombre o animal no sólo tiene que ver con la importancia concreta que tiene la sangre como fuente de vida, sino también con su valor simbólico.

La práctica de la antropofagia y de la hematofilia con fines rituales, ha sido muy extendida en todo el mundo. Aztecas, mayas, tribus amazónicas y africanas, entre muchas otras culturas, han hecho uso de ella. Beber la sangre del enemigo significaba incorporar su fortaleza, su valentía, y hasta poseer su espíritu. Pensemos que esto no es parte del incivilizado pasado; periódicamente nos enteramos de individuos mentalmente desequilibrados que actualizan el ritual; y nosotros, quizás para mantener nuestra cordura, atestamos las salas donde se proyectan las gastronómicas aventuras de Hannibal Lecter.

Durante el siglo XVIII se dio en Europa oriental una verdadera epidemia de vampiros que suscitó numerosos debates científicos y teológicos sobre el límite entre la vida y la muerte. Obras como el “Tratado sobre Vampiros” de Dom Calmet, “Cogitationes de Vampiris” de Johan Herenberg, o “Masticatione mortuorum in tumulis” de Michel Raufft y Phillipe Rherius, intentaron aportar conocimientos racionales acerca de las costumbres de los vampiros. La epidemia de sífilis que azotaba Europa en esos momentos (una enfermedad venérea, es decir, de Venus) también fue sospechosa de tener un origen vampírico.
Durante los ’80 y principios de los ’90 (en sincronía con el ingreso de Plutón en Escorpio en Noviembre de 1983), el tema del SIDA, la sangre y las formas de contagio preocupaban a toda la sociedad. Es una época en que se editan muchas obras y se estrenan numerosas películas y series de vampiros. (Buffy la cazavampiros, el Drácula de Coppola, Del crepúsculo al amanecer, Blade, Entrevista con el vampiro, etc.)

Lo que se juega en este mito es algo tan profundo como lo es la vida y la muerte... el misterio de la vida y el misterio de la muerte.
Descubrir que la vida sólo puede nutrirse de muerte, y que la muerte permite la vida y la creatividad, y que esto es lo más natural del mundo y condición “sine que non” de la existencia, es lo que nos enseña el eje Tauro/Escorpio.

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