1.- INTRODUCCIÓN
La comprensión de la Astrología Esotérica
supone ante todo familiarizarse con enseñanzas
de la Tradición Primordial y del Simbolismo Iniciático.
A menudo en la forma que circulan por el mundo estas
nociones se hallan muy distorsionadas debido a las fantasías
individuales de diversos autores. Es por ello que resulta
necesario recurrir a las fuentes originales para poder
llegar a la autentica Astrosofía, o sea a la
Sabiduría encerrada en la Ciencia de los Astros.
Naturalmente en este artículo solo podré
presentar un panorama introductorio sobre unos pocos
puntos de un tema vastísimo y muy complejo. Un
desarrollo más completo del asunto en el estado
actual del conocimiento exigiría un curso completo
o bien escribir un libro. De hecho ya lo he escrito
pero no me decido aún a publicarlo...
Adelanto además que lo aquí expuesto
exigirá mucha reflexión y, muy probablemente
no dejará satisfechos a quienes solo buscan recetas
prácticas. Desgraciadamente la mayoría
de los que hurgan en una Ciencia Sagrada como es la
Astrología solo lo hacen movidos por mezquinos
intereses materiales. Se produce así una desacralización
tanto más reprensible por la vulgaridad y falta
de altura espiritual que ella supone.
Lo único que parecen conocer (y mal) la mayoría
de los autores que se ocupan del asunto son los temas
del Karma y de la Reencarnación. Digamos sin
rodeos que al Karma se lo conoce bajo una forma a la
que podemos calificar de infantil y que la noción
de reencarnación en boga es simplemente una versión
degradada de enseñanzas mucho más elevadas
y complejas. Estas Enseñanzas se transmiten en
los Misterios Iniciáticos y las versiones que
se han difundido en el mundo profano guardan poca relación
con ellas. De la mal llamada reencarnación me
he ocupado en multitud de conferencias y en varios artículos.
Por ello no trataré ese tema hoy aquí.
Del Karma, en cambio, deberé ocuparme hoy con
algún detalle. Solo recordaré aquí
que quien habla de reencarnación está
solamente repitiendo nociones puramente modernas y occidentales
que se hallan muy alejadas de las Enseñanzas
Tradicionales. Baste señalar aquí que
la noción tradicional al respecto es la de transmigración
y que no cabe desarrollarla en esta oportunidad.
Lo esencial como punto de partida (si se desea progresar
en el conocimiento del tema) es comprender que toda
la Astrología es esotérica desde su base
misma. Los que solamente buscan en nuestra disciplina
información respecto de la salud, la fortuna
y los romances del ser humano están descuidando
lo mas profundo y elevado de esta Ciencia Tradicional.
Es más, resulta incluso deshonesto presentarla
como una disciplina profana limitada exclusivamente
a esas aplicaciones materiales. En realidad la Astrología
es una Vía de Conocimiento y la primera de las
Tres Ciencias Herméticas Tradicionales. Aclaremos
que las otras dos son la Alquimia y la Teurgia.
Y aquí corresponde hacer una consideración
que hace a la actitud del ser humano. A todos nos encanta
oír cuando nos dicen que venimos de un gran pasado
y que nos encaminamos a un gran futuro. Nunca oí
a nadie declarar que en una vida pasada él fue
un vagabundo o un delincuente. Todos afirman que fueron
personajes de alto rango y mérito y que próximamente
volverán a serlo. Naturalmente es difícil
tomar tales cosas en serio... Lamentablemente la Astrología
Esotérica no se ocupa tanto de decirnos cosas
agradables al oído sino de recordarnos en que
fallamos y también que cualidades deberemos desarrollar
por carecer aun de ellas. Esto es necesario pero no
resulta gratificante para la mayoría: los seres
humanos con autocrítica, los que buscan el mejoramiento
y la elevación interior son comparativamente
muy pocos. Esto es lo que los hace meritorios y virtuosos.
Otra sorpresa es que la Astrología Esotérica
presenta los hechos de una forma distinta a la que podríamos
esperar. Se podría creer antes de conocerla que
en ella se presentarán un conjunto de nuevas
técnicas y reglas. Lo cierto es que esto existe
pero que, principalmente, se trata aquí de profundizar
en lo que ya conocemos analizándolo con mayor
detalle y, por sobre todo, desde un punto de vista mas
elevado. Y aquí vale la pena subrayar una vez
más que lo esencial en Astrología es trabajar
con calidad y no en cantidad. El objetivo debe ser la
profundización constante, el análisis
cada vez más refinado y profundo para llegar
a la verdad y a una mejor comprensión de las
leyes astrológicas. Los que se conforman con
repetir lo que oyen sin analizarlo ni comprobar su valor
de verdad solo ponen en evidencia sus cortos alcances.
Lo esencial aquí es comprender que la Astrología
Esotérica no es meramente descriptiva o predictiva
sino que apunta al mejoramiento y elevación efectivos
del ser humano. En este sentido es operativa pues nos
da las herramientas para lograr un cambio interior muy
profundo. Por ello quien, careciendo de autocrítica,
se halle perfectamente satisfecho consigo mismo hará
bien en dejarla de lado: la Astrología Esotérica
es solo para quienes desean vivamente elevarse, mejorar
y servir al prójimo inegoístamente.
2.-PRIMERA CLAVE: EL TRIÁNGULO
DE LA VIDA
Comencemos con un ejemplo de la mayor importancia. La
esencia del secreto de la verdadera Astrología
Esotérica se halla en algo que todos conocemos
desde el comienzo mismo de nuestros estudios astrológicos.
Se trata aquí de reconsiderar el Triángulo
de la Vida y, en particular, la Casa V del tema natal.
Esta tiene muchas analogías conocidas: hijos,
amores, placeres, diversiones, hobbies, creatividad,
corazón, espalda,,... Pero esta Casa encierra
además secretos de naturaleza trascendente que
se refieren al Misterio del Ser. En primer lugar hay
que destacar que la Casa V es, por excelencia, la que
simboliza y representa los deseos del nativo. Con muy
buen criterio Sindbad y Weiss se refieren a ella como
significadora básica de las consecuencias
de la ansiedad vital. Esto casi nunca se dice
explícitamente y es una gran pena pues de este
modo se impide él llegar a comprender la verdadera
naturaleza del Karma.
Naturalmente aquí hay que interpretar la noción
de ansiedad vital desde un punto de vista global que
va mas allá de las necesidades corrientes que
impulsan al ser humano en su vida cotidiana. Esta ansiedad
es el Tanha o sed de vida de que nos hablan los Maestros
Espirituales hindúes. El Karma es, en definitiva,
lo que nos impulsa a continuar encarnando, el deseo
vital que nos lleva una y otra vez a buscar un cuerpo
físico para cumplir nuestras aspiraciones y vivir
nuestras experiencias en este plano de la materia densa.
Este impulso continuará y con ello la rueda de
transmigraciones mientras los deseos materiales subsistan.
Cuando esto ya no suceda se interrumpirá dicho
ciclo. Recordemos una célebre metáfora
de los Upanishads que comparan este proceso a la
rueda del alfarero, que, privada de impulso, cesa por
fin de girar.
El plantear las cosas de este modo, siguiendo a Alan
Leo y a nuestro maestro el Prof. Carlos Reichelt, nos
ha permitido comprender mejor la relación de
la Astrología con las vidas sucesivas empleando
el Conocimiento Iniciático del que los autores
normalmente carecen combinado con las reglas clásicas
de la Astrología.
Pero, antes de dar un paso mas debemos referirnos
a una noción falsa que se ha difundido en los
últimos años, debido a la ignorancia de
algunos de los que enseñan y a la credulidad
de algunos de los que aprenden. Es curioso ver como
los estudiantes de Astrología suelen transformar
en dogmas de fe a disparates o fantasías que
surgieron un buen día de la mente de personas
que bien poco conocían de la Tradición
Esotérica. Me refiero en particular a la errada
concepción que presenta a la Casa XII como la
Casa del Karma. Esto se debe exclusivamente
a que no se ha comprendido bien la noción de
Karma y se lo identifica usualmente con castigo y sufrimiento.
Desde luego en la raíz de tales cosas se halla
la usual mescolanza de concepciones religiosas propias
de Oriente y de Occidente, cosa muy común entre
los teósofos y otras personas vinculadas a la
pseudo-iniciación,,.y a cosas mas siniestras
que esta a menudo encubre.
René Guénon ha sido muy claro al respecto
en sus libros, en particular en El Teosofismo.
Los Maestros de la Tradición Iniciática
(dentro de las distintas formas o corrientes que tal
Tradición reviste: hinduismo, budismo, islamismo,...)
han insistido múltiples veces respecto de que
el sufrimiento no llega a nosotros como castigo sino
como medio poderoso de purificación y elevación
interior. Es más, los Maestros insisten que el
que sufre se halla en vías de mejoramiento y
que no necesariamente ha sido peor que otros en existencias
anteriores.
De hecho, la Esencia de la Vida en cada uno de nosotros
es, por excelencia, purísima pero la mente y
el cuerpo físico generalmente no lo son. Requieren
por ello de esa purificación que desde luego
no es agradable pero si necesaria como todo cuanto ocurre.
Identificar al Karma con las penas y sufrimientos de
la Casa XII tiene una raíz psicológica:
los autores de tales engendros se hallan aferrados a
las nociones de infierno y de Dios vengativo y cruel
que tanto repiten los ministros de los credos religiosos
exotéricos occidentales. Desde luego tales ministros
han hallado que tales cosas son muy útiles para
mantener dominados a los fieles por medio del temor.
Y aquí es necesario comprender que todos los
dogmas religiosos usuales apuntan siempre a privar a
los creyentes de sus libertades (comenzando por la libertad
de pensar) y a manejarlos por medio del temor y de las
emociones.
Pero debemos retornar a la Casa V y a su simbolismo
esotérico en conexión con el Triángulo
de la Vida. Aquí se esconden nociones muy profundas
en las que deseo centrar la exposición de hoy.
Todos saben que esta Casa se refiere al Sol en conexión
con Leo, (quinto signo del zodíaco natural) y
al corazón, este último a nivel de correspondencia
orgánico - anatómica. Pero muy pocos comprenderán
si avanzamos un paso más y decimos que esta Casa
V se refiere, en un nivel esotérico mucho más
alto, al Sol en el Corazón. Quiero aclarar esto
muy bien pues, de otro modo, no podríamos seguir
adelante con este asunto. Todos los Grandes Instructores
Espirituales han insistido en este punto central que
es la Presencia Divina en la cámara etérica
del corazón humano. Todos recuerdan las palabras
de Jesús en los Evangelios: Yo os digo:
Dioses sois y El Reino de los Cielos esta
en vosotros. Ese fragmento divino en nosotros
es la Esencia de nuestra vida y la Gloria de nuestra
alma. Los Maestros hindúes lo denominan el Jivatma
(Jiva-Atma: el Espíritu prisionero de la materia)
y también el Yoti que es la Llama Interior (hace
recordar a San Juan de la Cruz cuando nos hablaba de
la Llama de Amor Viva). Cuando el aspirante alcanza
la Liberación, los Maestros hablan del Jivan-Mukta:
el prisionero liberado. Pues bien, los grandes yoguis
e iniciados visualizan en una experiencia de dicha inefable
al Espíritu de Dios en el corazón como
un Sol luminoso como muchos soles corrientes, radiante
de Gloria, Amor, Paz y Sabiduría. Esta experiencia
del Ananda (Suprema Dicha) es el contacto de nuestra
conciencia individual con la Fuente de Dicha Infinita
entronizada, como se dijo antes, en la cámara
etérica de nuestro corazón. Esta es el
Sancta-Sanctorum de nuestro Templo Interior, el Santo
Grial portador de Dios y de Su Gloria al que buscaban
con ardor y empeño los Caballeros medievales.
Remito a mis múltiples escritos y conferencias
sobre este tema para más detalles al respecto
del Sol en el Corazón. Este es precisamente un
símbolo fundamental de la Tradición que
se corresponde a la perfección con una experiencia
trascendental de dicha inefable. De hecho la existencia
humana se lleva a cabo por medio de una forma material
transitoria y contingente que es animada por una chispa
o fragmento de Dios. Este es el Misterio central al
que aluden el Triángulo de la Vida y la Casa
V del tema natal.
Como todos saben, en los textos astrológicos
elementales se hace referencia al Triángulo
de la Vida formado por las casas I - V - IX .
Es decir, la vida en sí mismo, la vida en los
hijos y la vida en Dios respectivamente. En un nivel
más alto este triángulo refleja las existencias
presente, pasada y futura. De esto nos hemos ocupado
extensamente en un artículo titulado Astrología
y Reencarnación, en colaboración
con Rosario López.
Pero si avanzamos aún un paso más llegamos
a la generación o Séptima Ley Hermética:
Generar - (Auto)Regenerar - Forjar
En efecto, la Casa V es la generación y el
impulso vital: de hijos y de ideas. Es la casa del impulso
creativo. En la Casa IX se auto - regenera el individuo
por medio de su vida espiritual y en la Casa I se forja
a nivel físico por medio de la acción
y el esfuerzo personal. Aparece así el viejo
axioma hermético:
Cada idea genera una fuerza y forja una forma
Cada fuerza responde a una idea y anima una forma
Cada forma entraña una idea y expresa una fuerza.
Para el que no busca más que aplicaciones materiales
y utilitarias de la Astrología esto sonará
casi a hueco. Pero aquel que quiere discernir a partir
de la figura natal lo esencial de su propia vida y como
se puede auxiliar a otros mediante la Astrología
tendrá en el triángulo de la vida la más
grande ayuda. Esto en cuanto a esclarecer el sentido
último de la existencia humana desde un punto
de visto no solamente causal sino teleológico.
Dios nos genera (V) para que nos elevemos en la auto-regeneración
(IX) y cooperemos (I) con Él en el Proceso Universal,
su Plan.
Nótese que de ninguna manera hablamos de la
Creación pues esta es una noción
puramente exotérica de invención muy posterior
a la Revelación Primordial. De acuerdo a la Enseñanza
Esotérica Tradicional Dios no creó al
mundo de la nada sino que el Proceso Universal surge
de la interacción de Purusha y de Prakriti, del
Espíritu eterno y de la por siempre existente
Materia en la terminología sánscrita.
Es decir, que cada forma expresada que viviendo
se desarrolla (según las palabras de Goethe)
es llevada por las Leyes de la Vida de modo natural
a cooperar con el Gran Plan.
De la elevación de los individuos depende que
esto se haga en forma explícita y consciente,
espontánea y elevada o bien de modo forzado,
drástico e inarmónico. He aquí
una clave importantísima para comenzar a comprender
el destino de los individuos y el sentido de su libre
albedrío, el cual es siempre relativo.
El triángulo de la Vida se compone exclusivamente
de Casas Activo - Positivas y esto encierra una lección
adicional: todo se basa en cuanto a la espiritualización
de la existencia en nuestra actividad creativa, auto-regenerativa
y forjativa. Y además no se pueden saltar etapas:
nadie podrá forjar cabalmente si antes no ha
pasado por las etapas de creación y de auto-regeneración
purificadora. O bien como bien lo decía ese bello
fragmento titulado Desiderata: La prédica
de un predicador no reformado rara vez podrá
reformar al mundo. Y aquí hay algo más
aun que es la conexión con la trilogía
Sat-Chit-Ananda hindú, o sea Existencia-Conocimiento-Dicha.
La analogía de esta trilogía con el Triángulo
de la Vida es directa y clara: la existencia temporal
manifestada se refleja en la Casa I y la existencia
atemporal en la Casa V. El Conocimiento átmico
se genera en la Casa V y se refleja en la Casa IX. La
dicha humana, temporal y pasajera se manifiesta en la
Casa IX (los estados de ánimo) pero la Dicha
Inefable de lo Atemporal, de lo Eterno corresponde a
la Casa V que corresponde al contacto átmico
con la Divinidad Interior.
Vemos claramente a partir de esto que la Astrología
Esotérica es esencialmente teleológica,
es decir, apunta a los fines últimos de la existencia
humana. Sin conocer nada de esta teleología mal
se puede avanzar en este campo sin saber realmente adonde
se vá.
En última instancia el conocimiento de existencias
anteriores o de las perspectivas para existencias futuras
no pasa de ser una curiosidad relativa a lo fenoménico,
a la "corriente de las formas". La verdadera
espiritualidad se halla mucho más alto, mucho
más allá de todo acaecer transitorio,
temporal y material. Comienza por el conocimiento propio
y comprender plenamente el sentido de nuestra presencia
en el mundo. El Gran Objetivo de la Vida es espiritualizar
nuestra existencia y alcanzar el Contacto con el Dios
Interno. Señalemos de paso que ese contacto es
denominado en sánscrito Yuj y que de este vocablo
deriva la palabra Yoga. El verdadero Yoga, el Yoga Real
o Rajayoga es la Ciencia que conduce al contacto con
la Divinidad Interior y nada tiene que ver con ejercicios
físicos y respiratorios descoyuntantes y a menudo
peligrosos para los occidentales.
Y, precisamente, al ocuparnos de lo teleológico,
es que la figura natal resulta un invalorable auxiliar
en lo relativo a lo que nos falta aún alcanzar
y desarrollar. En este punto clave las fortalezas y
debilidades de los planetas proporcionan indicaciones
claras y precisas (de lo que hayamos ya logrado y de
lo que haya aún por hacer).
3.-SEGUNDA CLAVE: ALQUIMIA ASTROLÓGICA
De lo anterior nace la concepción de la Alquimia
Astrológica. Pero esto solo puede interesar a
aquellas personas con la suficiente elevación
interior, autocrítica y conocimiento propio para
comprender cual es, en definitiva, el sentido último
de su existencia.
Los que solo se preocupan por lo material deberían
captar estas nociones pues de lo contrario sutiles barreras
les impedirán llegar más lejos en Astrología.
La vida tiene leyes muy estrictas al respecto del Conocimiento,
las que siempre tendrán validez: es la sentencia
inexorable del Mefistófeles goethiano En
vano vagáis por los dominios del saber. Nadie
aprende sino lo que le está dado aprender.
Toda interpretación astrológica cabal
debe apoyarse en estas nociones y es menester darle
una posibilidad a todos para que las conozcan y empleen.
Y al respecto es realmente notable e increíble
observar como los estudiantes de astrología llegan
al nivel que pueden alcanzar de acuerdo a su nivel de
espiritualidad y se alejan luego pensando que ya lo
saben todo o alegando cualquier otro motivo. Lo cierto
es que el ser humano siempre niega y destruye lo que
no comprende o bien lo que no es para él, lo
que se halla por encima del nivel que a él le
es dado alcanzar.
Al llegar a este punto se impone dar a conocer otras
claves esotéricas que hacen al conocimiento propio
y a la transmutación interna que todos requerimos
para encaminarnos a nuestro destino último. La
primera clave permite detectar nuestros puntos débiles
y también nuestras potencialidades más
desarrolladas por así decir a primera vista.
Se basa en el uso de los notables heptagramas platónicos
de Dom Néroman. Pero como este asunto ha sido
detalladamente expuesto en mis cursos, no lo desarrollaré
hoy aquí.
El segundo punto, aún más importante,
me fue enseñado por mi maestro Don Carlos Reichelt
y constituye una aplicación de la Ley Hermética
de Polaridad. Esta técnica apunta directamente
a una transmutación del ser humano que llega
a lo más profundo, a la individualidad y no se
detiene en lo externo que es la personalidad. Y subrayo,
siguiendo al Prof. Reichelt, que se trata de una transmutación
lo que se puede lograr y no de una mera transformación.
La transformación es solo cambio superficial,
la transmutación va a la esencia, a lo más
profundo. Veamos en que consiste esta técnica
de Alquimia Astrológica. Analizando un tema natal
nos encontramos con astros en exilio o caída.
Pues bien deberemos llevarlos al signo opuesto,
desarrollando en nosotros las cualidades internas, personales
que estos astros indicarían sí allí
se hallaran. Desde luego esto se dice pronto pero no
es fácil lograrlo efectivamente. Aquí
se trata de algo muy serio donde no caben simulaciones
ni autoengaños. Pero el resultado es mágico
en el sentido que una transmutación interior
acarrea un cambio de destino externo. De acuerdo con
la Ley Hermética de Correspondencia y Analogía
al ser humano no le sucede lo que merece sino lo que
se le parece. La actitud interna se refleja en el destino
externo: El azar se nos parece escribía
sabia y profundamente Georges Bernanos en su obra Diálogos
entre Carmelitas.
Aquí se prosigue con una aplicación de
la Ley Hermética de Mentalismo: con nuestra mente
como instrumento podemos cambiar todo en nuestro tema
natal. Hemos tenido comprobaciones fehacientes de esto
con los cambios mentales de Revoluciones Solares y Lunares.
Desde luego esto provocó la gritería de
los beocios pero los resultados están a la vista
y son innegables. No diré más al respecto:
quien tenga oídos para oír ya habrá
escuchado bastante.
Para Don Carlos Reichelt, el planteo central en la
disyuntiva libre albedrío versus fatalismo está
dado por la posibilidad de transmutación del
ser humano. Y él subrayaba, explícitamente
transmutación y no transformación, pues
se trata aquí de que podamos acceder a un plano
más alto, a un orden de cosas más elevado
en el cual las cualidades inferiores e indeseables queden
relegadas a un plano secundario, donde ya no causen
molestias ni constituyan obstáculo.
La vida tiene una jerarquización de leyes,
donde lo bajo queda naturalmente subordinado a lo alto.
A la comprensión de esto último, a nivel
de vivencia, debemos llegar en forma plenamente consciente,
teniendo en cuenta que lo verdaderamente importante
es transmutarnos nosotros mismos. Todo lo demás
se nos dará por añadidura como bien dicen
los Evangelios.
El camino para llegar a esta transmutación
-explicaba el Prof. Reichelt- esta abierto a todos,
pero la dificultad estriba en que no todos los seres
poseen igual aptitud para seguirlo, ya sea por razones
kármicas, ya sea por deficiente voluntad. Una
buena voluntad siempre conduce a la meta deseada, y
todos los seres pueden lograr esta transmutación
si hacen el esfuerzo.
Don Carlos Reichelt fue más lejos aún
en su investigación pues logró (nada menos)
que destacar en el tema natal, los factores que facilitaban
grandemente esta transmutación, y que posibilitan
además, la medición a priori
de lo que cabría denominar el potencial alquímico-transmutativo
de un nativo. Que a nadie sorprenda el uso de la palabra
alquimia, pues se trata verdaderamente de una alquimia
espiritual. Este potencial depende esencialmente de
dos tipos de aspectos que pueden hallarse en un rádix:
los quincuncios y los aspectos de dieciocho grados (a
los que designo con el nombre de mi maestro y otros
llaman vigintiles). Desde un punto de vista interpretativo,
el quincuncio bien puede ser calificado de aspecto decepcionante,
pues a un individuo común le promete circunstancias
favorables que suelen concluir en desilusiones, o aún
en males. Quienes insistan en considerar al quincuncio
como un aspecto benéfico, solamente probarán
con tal actitud que no tienen suficiente experiencia
al respecto.
En cierta oportunidad un astrólogo francés,
ya fallecido, me insistía en que el quincuncio
era benéfico por ser suma de dos aspectos que
lo son, el de 120 grados y el de 30 grados. No pude
menos que replicarle que, con ese criterio, la cuadratura
y la oposición también debían de
serlo, pues pueden expresarse como sigue:
90ª= 60ª + 30ª
180ª= 120ª + 60ª
o sea que ambas son suma de aspectos benéficos...
(Ver al respecto mi artículo "Aspectos
astrológicos y números primos").
Pero en lo que hace a la evolución la influencia
del quincuncio como también la del aspecto de
18ª es decisiva, pues ambos son aspectos de naturaleza
mental y aquí se trata precisamente de generar
la transmutación por medio de un proceso interior
e intelectual. He aquí una gran clave que se
desprende de la filosofía hermética y
que descorre otra punta del velo que nos oculta lo que
está más allá de la Astrología
vulgarizada y cotidiana.
Captar plenamente estas ideas no es fácil,
pero, para motivar la realización de esta tarea
diremos taxativamente que los cambios en el destino
externo sobrevienen siempre como consecuencia de un
cambio de actitud interior generado a nivel mental.
La cantidad de los aspectos mencionados y la naturaleza
de los astros involucrados nos mide el potencial alquímico-transmutativo
en un nativo dado.
Para más detalles al respecto me remito a los
números 75 y 76 de "Astrología",
donde se hallarán incluso los diferentes niveles
de evolución correspondientes a cada signo solar.
Pero no deseo finalizar este punto sin desembocar, al
menos brevemente, en la conclusión a la que arribó
lúcidamente el Prof. Reichelt como consecuencia
de sus reflexiones ya expuestas. Y, no sin emoción,
repetiré para explicarla, las palabras
de mi muy noble y recordado Maestro:
"Lo esencial es comprender la relatividad del
tiempo, en el sentido de que nuestro tiempo psicológico
actual puede independizarse del tiempo cósmico
en que se generaron nuestras direcciones astrológicas.
Si logramos entender y realizar esto, ninguna dirección
adversa podrá afectarnos".
No podemos menos que hacer votos para que una enseñanza
tan valiosa no caiga en saco roto ni se abandone en
el olvido. Lo que he enunciado es una verdad muy profunda
que merece por cierto ser comprendida y aprovechada
plenamente.
De hecho, todo en un tema natal funcionar de muy diferente
manera a medida de que la evolución del nativo
se haga más acusada. Insisto en esto pues lo
expuesto no es una bella y consoladora filosofía,
sino una conclusión emanada de la experiencia
y corroborada cada día por nuevos hechos.
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