Vier Elemente, innig
gesellt bilden das Leben, bauen die Welt
(Cuatro elementos, íntimamente asociados representan
la vida, construyen al Mundo) Friedrich von Schiller
Primero escucha que de todas las cosas cuatro son las
raíces
Fuego, Agua, Tierra y la altura inmensa del Aire .
Todas las cosas de tales raíces surgieron
Las que serán, las que son y las que fueron.
Empédocles ( Poema, comienzo)
1- INTRODUCCIÓN
El presente articulo presenta una elaboración
y clarificación personal de nociones tradicionales,
reuniendo mucho material disperso e incorporando nuevos
puntos de vista y analogías que confío
resultarán de interés y utilidad tanto
al astrólogo avezado como al principiante. Proporciona
además una somera introducción a las Leyes
Herméticas, tema fundamental para todo astrólogo
preocupado por conocer la razón de los hechos
y las raíces de nuestra disciplina. Persigo aquí
ante todo una utilidad didáctica dado que no
es fácil hallar una exposición completa
y satisfactoria de los temas tratados. Un serio mal
de nuestra época es, en nuestro ámbito,
la astrología light , la que carece
de toda seriedad. Tal cosa solo acarrea desprestigio
para la verdadera Astrología a la que es menester
defender. Este artículo persigue precisamente
ese propósito.
Aclaremos que solo rescataremos nociones de los antiguos
en la medida en que sean parte de la auténtica
Tradición Universal (en el sentido de René
Guénon), libres de elementos espurios, las que
se revelan correctas en sí mismas y en sus conclusiones.
Nada de cuanto aquí se afirma debe ser considerado
como dogma sino como afirmaciones que cada uno es libre
de examinar, aceptar o rechazar. Los dogmas de todo
tipo resultan absolutamente negativos a la corta y a
la larga pues conducen a la cesación del pensar
individual y al fanatismo: tales cosas no deben por
cierto ser favorecidas en modo alguno. Pero recordemos
que lo mismo se aplica a nuestra disciplina cuando repetimos
sin discernimiento y mecánicamente recetas, técnicas
y aforismos prefabricados absolutamente falsos...
2- LEY DEL TERNARIO Y LEY DE
CORRESPONDENCIA Y ANALOGÍA
Comencemos exponiendo brevemente un tema que resultará
de importancia en los desarrollos posteriores. Nos referimos
a las Leyes Herméticas, algunas de las cuales
expondremos sucintamente remitiendo a la bibliografía
indicada para las restantes. Las doctrinas herméticas
forman parte esencial de la Tradición Universal
o Primordial también denominada Philosophia Peremnis.
Esta última encierra el saber espiritual transmitido
desde tiempos inmemoriales en las más diversas
escuelas iniciáticas de todos los países
y todos los tiempos. Este saber es esencialmente único
en su contenido esencial, si bien reviste formas exteriores
distintas al haberse adecuado a las cambiantes situaciones
acordes al tiempo, lugar, costumbre y circunstancia.
Para más detalles, que no podemos consignar aquí
por razones de espacio, remitimos a las obras de René
Guénon, las que son guía segura y confiable
en este campo para la mayor parte de los asuntos que
abarca.
Desde luego los lectores de mentalidad racionalista-
y en particular los científicos- consideraran
este retorno al hermetismo cosa anacrónica e
impropia del conocimiento de estos tiempos. Sin embargo
los que así piensan olvidan que carecemos en
realidad de una posición filosófica moderna
que provea una explicación siquiera de lejos
tan completa de los hechos astrológicos. Es a
los disconformes a quienes toca no criticar sino ofrecer
algo mejor, Pero es más: adoptando el punto de
vista científico es fácil ver que muchas
conquistas de la Física Clásica y Moderna
aparecen como simples casos particulares o aplicaciones
de las Leyes Herméticas. De esto me ocupo en
un extenso trabajo que espero poder publicar en un futuro
no remoto.
Existe un Principio Hermético que se
halla en la base misma de todo desarrollo astrológico.
No olvidemos que esta es la primera de las tres Ciencias
Herméticas, siendo las otras dos la Alquimia
y la Teurgia. Este Principio al que nos referimos
y al que se designa a menudo como Principio de la
Naturaleza Mental del Todo, es de muy gran alcance
y no corresponde desarrollarlo aquí. Lo que
si debemos subrayar como caso particular o consecuencia
de importancia para lo que sigue es la Ley del Ternario
(o de la Tríada), la que afirma:
Cada forma expresa
una fuerza y entraña una idea,
cada fuerza responde a una idea y genera una forma,
cada idea despierta una fuerza y forja una forma.
En algunos textos se prefiere con razón hablar
de mediador plástico en lugar de
fuerza (lo que es más correcto) pero la idea
implícita es, desde luego, exactamente la misma.
Cuanto existe se origina en una idea y surge como forma
a través de lo que la expresa, materializa y
concreta, es decir un imprescindible e insoslayable
mediador plástico que construye o genera a la
forma física expresada. Para dar un ejemplo simple,
una máquina existe primero como idea en la mente
de su inventor. Luego se concretará por medio
del esfuerzo de ese inventor y, eventualmente, el de
otros técnicos que realizarán proyectos,
planos, prototipos y ensayos. Esta será la etapa
del mediador plástico. El resultado final será
la máquina en sí, la que será la
forma expresada o material.
Así como hemos elegido una máquina como
ejemplo, podríamos haber escogido un libro o
una casa o tantas otras cosas. El proceso que debe atravesar
una idea para llegar a ser forma material expresada
es siempre el mismo.
Si aceptamos ahora otro tradicional Principio Esotérico
que afirma que LO VISIBLE Y MATERIAL ES IMAGEN Y REPRESENTACIÓN
DE LO INVISIBLE Y METAFÍSICO, fácil será
llegar a la conclusión de que cuanto existe en
este mundo y en el Cosmos entero preexiste como idea
en la Mente de Dios. Este segundo Principio es, en realidad,
una consecuencia lógica de postular la Armonía
Universal y Total, empleando una expresión clásica.
Esta Armonía nos expresa la concordancia y analogía
de formas que existe entre todos los planos de existencia
y todos los estados del Ser.
Pero, precisamente por aplicación del Principio
mencionado, llegamos a la conclusión de que cada
ente o forma manifestada o material y visible es SÍMBOLO
y representación de su contraparte INVISIBLE
o inmanifestada. El mundo pasa así a ser, como
señalara con lucidez Salustio, un OBJETO SIMBÓLICO.
Y es menester además coincidir con Jules le Bêle
en cuanto que CADA OBJETO MANIFESTADO ES UN SIGNO NATURAL
Y SENSIBLE DE UNA VERDAD EN EL ORDEN METAFÍSICO.
Es un Principio fundamental del Esoterismo Tradicional
que, a partir de esto, debemos elevarnos en el Conocimiento
pasando (por medio de una suerte de inducción
trascendental) de lo visible a lo invisible pues esto
se posibilita precisamente por la Ley de Analogía
y Correspondencia que es, en suma, la expresión
de esa ARMONÍA UNIVERSAL Y TOTAL de la que después
nos ocuparemos. Y el estudio de los símbolos
es la vía natural e insoslayable para lograrlo,
especialmente en Astrología. Eugen Drewermann
señala al respecto, en forma muy acorde a la
Tradición Hermética, que la Ley de Correspondencia
y Analogía ha de entenderse como un hilo conductor
de la investigación para la comprensión
de un mundo de representaciones y semejanzas en los
diferentes planos y estados del Ser.
Avanzando un paso más, destaquemos que en el
ser humano hallamos esta misma trilogía: espíritu,
alma y cuerpo físico. Estos tres se corresponden
con las tres componentes ya mencionadas idea, mediador
plástico y forma material o física. Pero,
precisamente por ser lo visible imagen y representación
de lo invisible, el analizar este modelo del ser humano
nos lleva directamente a conclusiones sobre el Ser o
Causa Primera que llamamos Dios. De esto resulta la
máxima que se leía en el frontispicio
del templo de Delfos: Conócete a ti mismo.
Esta sabia sentencia se continuaba en el sancta-santorum
de dicho templo donde se encontraba escrito ...y
conocerás a Dios. En realidad este asunto
es muchísimo más complejo y profundo pues
de la conexión interna (de esencia metafísica
y trascendental) entre Dios y el ser humano resulta
por analogía la necesaria unión y corrrespondencia
entre el Macrocosmos y el Microcosmos. De hecho la Divinidad
se halla presente en cada ser viviente y es en nosotros
mismos donde debemos buscarla. Esto, desde luego, es
parte fundamental de la Enseñanza Tradicional
y no debe ser considerado como un dogma sino como expresión
de las vivencias de múltiples seres elevados
de todos los tiempos y de los más diversos lugares.
Esta Ley Hermética de Correspondencia y Analogía
constituye la base y esencia de la totalidad de nuestra
disciplina astrológica. Como se ha dicho antes
y es necesario reiterar, aquí está implícito
otro Principio Hermético inseparable del anterior:
la Armonía Universal y Total del Todo manifestado
e inmanifestado, que es lo que asegura el nexo de correspondencias
y analogías en que se funda todo el quehacer
astrológico.
Otro Principio Hermético fundamental es EL TODO
EN EL TODO de los antiguos. Este Principio nos dice
que el Todo está presente y se refleja en todo
y así, como consecuencia, todas las cosas se
reflejan en todas las cosas. La ciencia moderna comienza
a reconocer lentamente este hecho. El célebre
teorema de Bell (que dio por tierra con la concepción
einsteniana de una realidad física consistente
en elementos independientes no interactivos separados
espacialmente, cosa que resulta incompatible con las
leyes de la mecánica cuántica) pone en
evidencia que el universo está fundamentalmente
interconectado, que es interdependiente e inseparable.
Como señala Fritjof Capra (en su muy interesante
obra El Tao de la Física) este logro
científico concuerda exactamente con la afirmación
del sabio budista Nagarjuna quien afirmaba hace cientos
de años Las cosas derivan su ser y su naturaleza
de su dependencia mutua y en sí mismas no son
nada. Es innecesario subrayar la importancia que
tiene este hallazgo de Bell para la perspectiva hermético-astrológica
(que todo astrólogo sigue, lo quiera o no, lo
sepa o no). Este resultado ratifica cuan certero es
lo afirmado por la Tradición Primordial en relación
al TODO EN EL TODO. En una obra reciente (Giordano
Bruno oder der Spiegel des Unendlichen) Eugen
Drewermann ha expresado al respecto de este Principio
Hermético ideas dignas de análisis para
un astrólogo y que por ello citamos: Si
existe un Dios que quiere manifestarse, comunicarse
y revelarse en su creación no puede hacerlo con
leyes puramente mecánicas. Tendrá entonces
que impulsar al mundo desde dentro y no desde fuera;
tendrá entonces que poner una partícula
de sí en cada átomo. Y así cada
cosa particular, cada animal, cada ser humano tendrá
en sí una copia del todo aunque de una manera
que solo le corresponde a él de manera muy especial.
Y esa imagen peculiar del conjunto ha de capacitarle
para moverse como corresponde en la marcha del todo.
Pasa así a ser la forma expresada que viviendo
se desarrolla(Goethe).
Vemos que la concepción hermética del
Todo en el Todo conduce en forma natural e inmediata
a la concepción hindú del Sutra-Atma o
sea la Divinidad presente e inmanente en cada átomo
del Cosmos. Nada podría ajustarse más
a la Tradición Primordial en el sentido que le
daba a esta expresión René Guénon.
Pero Drewermann tiene más aciertos cuando afirma:
Si el universo se asemeja realmente a un organismo
animado, se impone la hipótesis de que en lo
más pequeño está contenido el Todo.
Pero cada parte es una imágen del conjunto, en
tanto que configurada por este y en tanto que contribuye
a la configuración total... Por sobre todo aparece
bien claro que la idea de una pura interacción
mecánica, incluso solo dentro del mundo material,
representa una increíble reducción de
la realidad. Muy adecuado es esto como tema de
reflexión para quienes pretenden explicar
la Astrología con ondas, vibraciones y energías
que jamás se detectaron ni midieron... Por otra
parte, el hecho de que no se pueda existir en forma
independiente y separada del resto nos pone frente a
otra concepción hermética tradicional:
EL MISTERIO DE LA UNIDAD. El pensar este misterio conduce
en forma natural a la Fraternidad Universal. El vivenciarlo
constituye una elevadísima experiencia iniciática.
Mencionemos además que dentro de la Astrología,
la mas evidente y contundente aplicación que
se conozca del Principio hermético del Todo en
el Todo es la Astrología Espacial, descubierta
por el Dr. Jorge García y quien escribe en 1980.
Pero, además, hay un asunto central que por
su importancia debe señalarse especialmente en
cuanto al Todo en el Todo y a la Armonía Universal
y Total. Ese asunto es nada menos que la trascendencia
de lo ético-moral. Si nada ni nadie se halla
aislado del resto del Todo cada inarmonía del
individuo no solo lo aparta de lo correcto sino que
repercute en el Todo quebrando esa Armonía primordial.
La inarmonía del individuo consiste no solo en
una falla o falta ético-moral sino en un alejamiento
o incumplimiento respecto del Dharma. Esta palabra sánscrita
(para la que no hay un equivalente castellano) significa
más que una regla moral. Dharma es el conjunto
de los medios correctos y eficaces, necesarios y trascendentes
para alcanzar el bien y evitar el mal. Desde luego
el Dharma es trascendente por su misma naturaleza y
contenido. Esto hace que la moral y la actitud del individuo
sean mucho más que una regla práctica
de convivencia social como pretendía René
Guénon. Este autor se equivocaba cuando pretendía
que la moral carece de trascendencia no pasando de ser
una simple regla de convivencia social.
3- LEY DE POLARIDAD
Otro punto esencial de la doctrina hermética
es lo relativo a la Ley de Polaridad, la que es necesario
conocer precisamente en relación a los pares
de opuestos, su juego e interacción recíprocas
y su síntesis (Ver más adelante). Lo aparentemente
paradójico aquí es descubrir que dentro
de la manifestación todo es dual y tiene su polo
opuesto y, lo que es más, los opuestos no difieren
esencialmente en naturaleza sino que tan solo son grados
diferentes de una misma cosa. Es fácil dar ejemplos
a modo de preguntas: donde finaliza el calor y comienza
el frío? Donde finaliza la luz y comienza la
oscuridad? La misma pregunta sigue siendo válida
y pertinente en relación a otros órdenes
de la realidad: Donde termina la Bondad y comienza la
Maldad? Donde concluye la Belleza y se inicia la Fealdad?
El acertado ejemplo de Sindbad-Weiss referente a una
solución coloidal de oro merece ser repetido:
al aumentar la concentración de tal solución
esta recorre gradualmente todos los colores del espectro.
Vale la pena además reflexionar sobre otro ejemplo:
si cortamos una barra imantada no obtendremos dos polos
separados sino dos barras imantadas distintas, cada
una de ellas poseyendo ambos polos . Esto nos dice que
los polos o pares de opuestos son inseparables entre
sí pues participan de la misma naturaleza.
Del simbolismo taoista todos conocemos que el Yin contiene
en germen al Yang y este último contiene en germen
al Yin. También es digno de ser meditado el principio
de la Medicina Homeopática (de homoios : similar,
pathos : sufrimiento o mal). Tal principio afirma aquello
de similia similibus curantur : lo semejante se cura
con lo semejante. Tras esta afirmación se traslucen
tres Principios Herméticos: el de Correspondencia
y Analogía, el de Polaridad y el de Ritmo o Ley
Cíclica de la Existencia. Resulta así
que la oposición es solo aparente y que el paso
de un extremo a otro se efectúa en forma continua
por grados o estadios intermedios innumerables y no
a saltos. Resulta de esta Ley Hermética como
corolario que el Bien y el Mal, par de opuestos por
excelencia, son solo una cuestión de grados y
una creación propia e inevitable de nuestra mente
al funcionar nuestra conciencia en este mundo de dualidades.
Por ello afirmaba el Maestro Sri Anantram: El
verdadero Mal consiste en moverse entre el Bien y el
Mal y distinguir entre ambos. El verdadero Bien es trascender
a ambos. Desde luego esto último alude
directamente a la síntesis o reconciliación
de los opuestos mediante la trascendencia a través
de la elevación de nuestra conciencia y la espiritualización
de nuestra vida: el Bien y el Mal juegan un papel solamente
mientras nuestra conciencia funciona a nivel del mundo
de las dualidades. Véase al respecto nuestro
ensayo René Guénon y el problema
del Mal, publicado en la revista Hitos.
Este Principio o Ley de Polaridad en combinación
con las otras Leyes Herméticas de Vibración
y de Ritmo es parte esencial de la verdadera Astrología
Esotérica, la que es por supuesto algo muy distinto
de las vulgaridades light que circulan por
el mundo con ese nombre.
Mayores desarrollos sobre la Doctrina Hermética
serían inadecuados en un escrito dedicado a otros
asuntos y nos remitimos a El Kybalion. Sin
embargo su mención breve es necesaria para replantear
de nuevo el hecho innegable de que la Astrología
es Doctrina Espiritual y Esotérica por excelencia.
Negarlo es mutilar y prostituir a nuestra disciplina.
Otra referencia útil y fácilmente obtenible
(aún cuando de mucho menor nivel y envergadura)
es La Doctrina Secreta de los Rosacruces
de Magus Incognito.
A partir de estas premisas se torna inmediato descubrir
la naturaleza y sentido de la Astrología. De
todo esto nos hemos ocupado largamente en nuestro artículo
Correspondencia analógica y sincronicidad:
el caso de la Astrología (MEDIUM COELI
No. 9). En el presente artículo nuestra preocupación
es otra. Se trata de poner en claro la naturaleza de
las CUALIDADES PRIMITIVAS y de los CUATRO ELEMENTOS.
Estas nociones son básicas y fundamentales para
la comprensión de los hechos astrológicos.
Por desgracia las exposiciones disponibles de estos
asuntos dejan que desear por una u otra causa. Esto
justifica plenamente a nuestro juicio tratar de llenar
un vacio tan importante de manera tan clara, completa
y directa como sea posible.
4- LAS CUALIDADES PRIMITIVAS
O ELEMENTALES
Una referencia útil sobre este punto desde una
perspectiva puramente práctica es la obra de
Boris Pâque Traité d Astrologie
Médicale pero, precisamente por querer
el autor ser práctico a toda costa, omite los
fundamentos y la exposición se torna así
dogmática. La obra de Sindbad (Friedrich Schwickert)
-Weiss Die Bausteine der Astrologie es bien
conocida en nuestro medio por la versión castellana
que publicara el Dr. Adolf Weiss, omitiendo mencionar
al autor principal Sindbad. En cuanto a las obras de
Papus (Dr. Gérard Encausse), una de las cuales
fuera traducida del frances al alemán precisamente
por el Dr. Weiss, bueno será evitarlas pues su
punto de vista mágico y su superficialidad poco
hacen por poner en claro estos temas. Lo antes dicho
justifica el esfuerzo de intentar una breve exposición
que pueda resultar útil a lectores estudiosos.
A otros autores modernos solo los mencionaremos
para criticarlos pues en sus obras hallamos una serie
de divagaciones inadecuadas para los cultores de la
Astrología seria...
En relación a las CUALIDADES PRIMITIVAS O ELEMENTALES
conviene anteponer las consideraciones que siguen. El
mundo antiguo carecía totalmente de la ciencia
y tecnología actuales y, por ende de su vocabulario
propio. Solo eran conocidos los procesos naturales más
simples y el vocabulario filosófico a menudo
se adueñaba de los nombres de estos hechos físico-materiales
para designar, por analogía, a sucesos y fenómenos
de naturaleza tanto espiritual-religiosa como anímico-psicológica
y orgánico-fisiológica.
Mucha de esta terminología sobrevive en nuestro
lenguaje actual. Así es que nos referimos usualmente
a una persona o bien a una recepción cálida,
a un temperamento frío, a un intelecto o argumento
sólido, a una exposición seca o bien árida,
a un amor ardiente, a un individuo pegajoso, a los términos
elásticos de un contrato, a adhesiones a ideas
o causas, a fluidez de expresión o discurso,
a una persona frígida, a una mirada helada, a
una sonrisa radiante, a rigidez de principios o de personalidad,
a una respuesta tajante o quemante, a tensión
en una relación, a la movilidad social, a la
difusión de información, a la ventilación
de secretos, a gente trepadora. Desde luego estos ejemplos
podrían multiplicarse y en todos ellos se observaría
que un hecho físico es empleado para describir
analógicamente un proceso o fenómeno de
orden muy diferente. Como veremos luego en detalle este
otro orden al que hemos aludido puede comprender a lo
mental, anímico-psicológico, orgánico-fisiológico,
etc.
Nada de lo que se afirma en los dichos y ejemplos anteriores
es literalmente exacto pero es expresivo y representativo.
Estas correspondencias simbólico-analógicas
son la llave misma de la auténtica Astrología:
el razonamiento astrológico es intrínsecamente
analógico por la naturaleza misma de la disciplina.
Pero, desde luego, sería grave disparate confundir
la analogía con la realidad y pensar todos los
casos anteriores en términos de procesos puramente
físicos. Alan Watts decía con razón
que la analogía es como un alimento que debe
ser llevado hasta su justo punto de cocción y
luego comido. No se puede ni se debe ir más lejos.
Además, toda consideración astrológica
es, por excelencia, simbolista. Sin símbolos
no hay Astrología posible y es más: todo
diagnóstico o pronóstico astrológico
surgen como decodificación de un lenguaje cifrado
de carácter simbólico , el que abarca
por cierto todos los órdenes y aspectos de la
existencia.
Es por esto, reiteremos, que la Astrología no
puede ser causal (en el sentido de la Física)
sino exclusivamente analógico-simbólica.
Pero lo interesante y esencial está en la Idea
tras la idea: si un aspecto, posición o dirección
astrológica suscita en nuestra mente un correspondiente
significado analógico-simbólico es porque
tras ese símbolo hay una Mente que así
ha dispuesto el ordenamiento e interrelación
del Cosmos. Vale la pena reflexionar sobre esto pues
aquí reside el orden implicado que se manifiesta
en la Astrología.
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Queremos efectuar aquí una disgresión
y mencionar algunos términos astrológicos
que aparecen encubiertos mucho o poco en nuestro lenguaje
cotidiano. Así hablamos analógicamente
de carácter jovial (de Jove, Júpiter)
para referirnos a una persona alegre, de estar en la
Luna (sinónimo astrológico de distracción
y dispersión especialmente cuando se combina
con Mercurio), de carácter marcial (de Marte)
para aludir a lo varonil y enérgico, de enfermedades
venéreas (de Veneris, Venus), de saturnismo para
referirnos a la enfermedad causada por el plomo (metal
tradicionalmente ligado por correspondencia astrológica
a Saturno). También es frecuente aquello de ser
el Sol para alguien (Sol: dador de vida). Incluso es
usual que los médicos se refieran a los homosexuales
con las palabras uranista o invertido
(es sabido que Urano se relaciona muy directamente con
tales casos y tambien con todo tipo de inversiones.
Curiosamente es el único planeta del sistema
solar que gira en torno a su propio eje en sentido contrario
a todos los restantes). Los lunáticos son quienes
padecen enfermedades mentales (vinculadas en todos los
tiempos a determinadas configuraciones y fases lunares).
Y no omitamos por supuesto hermetismo (de Hermes-Toth-Mercurio)
como sinónimo de secreto o reserva. Incluso cabe
aquí el humor como sucede con el dicho de antaño
Por una noche con Venus todo un año con
Mercurio.
Como otro ejemplo muy curioso de resonancias esotéricas
en el lenguaje corriente actual mencionemos el siguiente.
Muy pocos médicos podrían hoy explicar
porque el hueso sacro ( de sacrum : sagrado) recibe
semejante nombre pues el lugar de la anatomía
en que se encuentra poco tiene en apariencia de sagrado.
Pero los médicos de la antigüedad eran iniciados
y sabían que ese hueso se encuentra en la proximidad
del chakra Muladhara donde de acuerdo a la Tradicion
Esotérica se transmuta la energía sexual
en energía espiritual (Kundalini).
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Sería muy simplista por cierto pensar que cuanto habrá
de ocuparnos hoy se reduce a modalidades idiomáticas
y juegos de palabras. No es así ni por asomo y la doctrina
a exponer permitirá un gran enriquecimiento de conocimientos
y posibilidades de comprensión y profundización en el
campo astrológico. Pero, previo a tales desarrollos,
resulta imprescindible ponernos de acuerdo en cuanto
al significado real del vocabulario a emplear y al alcance
de este último.
5- ANÁLISIS DE LAS CUALIDADES PRIMITIVAS
O ELEMENTALES
Expondremos a continuación los grupos de palabras claves
correspondientes a las cuatro cualidades primitivas o
elementales. En este primer cuadro nos referimos al plano
físico-material (elemental). Hemos seguido en esto a J.
Hièroz: ”L’Astrologie selon Morin de Villefranche” con
adaptaciones y agregados necesarios. Dos obras muy útiles
y siempre recomendables son las de H. Selva “Traité Théorique
et Pratique d’ Astrologie Généthliaque” y “La Théorie
des Déterminations Astrologiques de Morin de Villefranche.
También nos ha sido útil en esto la obra de Sindbad-Weiss,
previa corrección de algunas “exageraciones retóricas”
y que sigue muy de cerca a Selva en estos puntos. Lo obvio
en lo siguiente es, de acuerdo a lo ya expuesto, no concebir
a las cuatro Cualidades Primitivas o Elementales en términos
físico-materiales sino como símbolos que sugieren analógicamente
las características, propiedades y fenómenos que se indican
en asociación con ellas: son, ni más ni menos, modos de
existir. Para favorecer esto y evitar las confusiones
hemos preferido denominarlas en forma ligeramente distinta
a lo habitual, empleando CÁLIDO en lugar de Caliente y
FRíGIDO en lugar de Frío. Esto es lógico dado que, en
rigor, corresponde usar adjetivos calificativos y no substantivos
para designar a las cuatro Cualidades Primitivas. Además
resulta muy conveniente escribir sus nombres con mayúscula
siguiendo a Selva para evitar confusiones con el significado
físico-material usual de tales palabras. En este punto
resulta conveniente seguir a H. Selva (pero dejando nosotros
de lado sus divagaciones sobre la “energía” astral: su
obra data de 1900 cuando la naturaleza de los hechos astrológicos
era aún muy mal comprendida por la mayoría. Desgraciadamente
esto sigue siendo verdad hoy...). Para este autor la manifestación
del Primer Principio o Causa Primera se realiza en forma
cuadripolar, siendo precisamente las Cualidades Primitivas
ya mencionadas los polos en cuestión. En rigor, de acuerdo
a la Doctrina Hermética, la manifestación es siempre bipolar
como el mismo Selva reconoce luego implícitamente. Dos
son pues los polos de manifestación, el Principio Masculino-Activo-Positivo
(que designaremos con +) y el Principio Femenino--Negativo-Pasivo
(que indicamos con - ). Resultan así por combinación e
interacción de ambos las cuatro Cualidades Primitivas
que simbólicamente se indican como sigue:
cálido |
+ + |
húmedo |
- - |
frígido |
+ -
|
seco |
- + |
anteponiendo en cada caso el signo prevaleciente en
esa cualidad primitiva.
Los cuadros que siguen son suficientemente claros y
extensos como para sugerir con toda claridad las nociones
y palabras-clave asociadas a cada una de las Cualidades
Primitivas o Elementales.
Cálido |
Calor, expansión,
dinamismo, impulso, acción, motricidad, dilatación,
expansión centrífuga, difusión,
penetración, impulso. De esto resulta calentamiento,
combustión, expansión, dispersión,
fusión y homogeneización. |
Plano orgánico-fisiológico:
|
se traduce como animación
y estimulación, manifestación de
la energía vital en todas sus formas. Calor
orgánico. Activación de las funciones
orgánicas hasta llegar a lo febril e inflamatorio,
vigorización.
|
Plano anímico-psicológico: |
es lo vital, la actividad,
voluntad, valor, decisión, apasionamiento,
expansión, acción, empuje, energía,
vuelo, vivacidad, fe en si mismo, actitud emprendedora,
entusiasmo, excitación, estimulación,
ambición impulsiva. Emotivo: el corazón
y los impulsos se imponen al intelecto. Actitud
activa de persuasión y captación de
voluntades. Desarrollo de la naturaleza instintiva
e intuitiva. Emotivo-centrífugo. Influencia
activa sobre los demás por el propio yo.
Egocentrismo. Optimismo, entusiasmo, alegría
y ardor vitales. Formas acusadas, plenas, de contacto
cálido, resaltantes, tez coloreada. Musculatura.
|
Húmedo |
Humectación, fluidez, elasticidad-plasticidad,
inestabilidad, relajación, disgregación,
receptividad, pasividad. De esto resulta licuación,
molificación (acción emoliente o
de ablandamiento), suavizamiento, ductilidad,
acción temperante, aligerante y refrescante,
aflojamiento, dilución. El Humidum
radicalede los antiguos.
|
Plano orgánico-fisiológico:
|
activación de los líquidos
orgánicos. Partícipe necesario de
CÁLIDO en la generación. Aflojamiento,
ablandamiento, relajamiento, atonía vital,
linfatismo.
|
Plano anímico-psicológico: |
es por excelencia lo femenino-pasivo.
Lo hipersensible, receptivo e impresionable. Blando,
plástico, flexibilidad y movilidad imaginativas
de gran riqueza, soñador, divagador. Reacción
interna a estímulos externos, impresionable
y sensible, mitigante, moderador, reconciliante.
Naturaleza suave de impulsos delicados, soñador,
inestable, voluble y caprichoso, tendencia a la
sumisión total. Abúlico, inerte, abandónico,
haragán crónico. Defensa pasiva, incapaz
de agresiones salvo como reacción defensiva.
Gran adaptación y asimilación. Débil
de carácter, necesita apoyarse en otros.
Pasivo, divagación y dispersión, tendencia
a la sumisión pasiva, no conflictivo (evita
enfrentamientos, cobarde). Desarrollo de la naturaleza
sensitiva-receptiva-imaginativa. Emotivo-centrípeto.
Tendencia a la unión con los demás
por la rendición pasiva, entrega y fusión.
Se adapta y asimila buscando apoyo. Bondad ingenua
y aceptación de la vida que a menudo provienen
de su debilidad: resignación inerte, atonía
vital, lasitud, desfallecimiento. Descuido, desaliño,
abandono.
Formas redondeadas, contacto suave, blando y
húmedo, fibras sueltas, elásticas.
Tez clara, blanquecina.
|
Frígido |
Frigidez (frialdad), fijación, concreción,
coagulación, contracción centrípeta,
cohesión, adhesión, atonía,
inercia, cristalización, solidificación,
restricción. De esto resulta enfriamiento,
condensación, retracción y conglomeración,
solidificación.
|
Plano orgánico-fisiológico:
|
disminución o neutralización
del calor orgánico, de la vitalidad y vivacidad.
Demora de los fenómenos de combustión
y debilitamiento del metabolismo. Paralización,
atonía orgánica y muscular, inercia,
astringencia.
|
Plano anímico-psicológico: |
concentración en todos los órdenes,
condensación y defensa (auto-abroquelamiento:
movimiento centrípeto reflejo en la propia
salvaguardia). Inactividad, resistencia a lo externo
e indiferencia. Carácter absorbente y obsesivo,
pesadez y lentitud de espíritu, Reflexión
y análisis como leitmotiv y manía.
Impasibilidad, escepticismo, egoísmo. Desarrollo
de la naturaleza reflexiva, meditativa y contemplativa.
Ausencia de empatía. Tendencia a la absorción
de los demás por el propio yo. Indiferente
a lo externo. Lentitud, vacilación que
llega al temor o al menos a la prudencia extrema,
desaliento, tristeza, pesimismo. El cerebro domina
al corazón, introvertido y distante. Se
desarrolla y prospera a expensas de los demás:
manejador.
Formas magras y enjutas. Contacto frío,
tez pálida, marfilina, tinte mate, lívido.
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Seco |
Desecación, tensión, aridez, retención,
rigidez, reacción, irritación, agregación,
retracción, crispación. De esto
resulta tensión, atezamiento
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Plano orgánico-fisiológico:
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crispación, tensión
de las energías orgánicas, irritación
orgánica inflamatoria en combinación
con CÁLIDO e irritación nerviosa
en combinación con FRÍGIDO. Apetito
voraz. Condensación y espesamiento de los
líquidos orgánicos: trastornos metabólicos
y circulatorios por esta causa. Falto de vigor
y lozanía. Áspero.
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Plano anímico-psicológico: |
decisión, precisión, rigor, obstinación
y vehemencia. Carácter tenso. Posesividad
y egoísmo. Vehemencia en la energía
que conduce a la exageración. Actitudes
incoherentes y cambios repentinos. Desarrollo
de la naturaleza motivada internamente hasta el
apasionamiento y obsesión y tendencia al
dominio de gente y objetos materiales por el propio
yo. Reacción, oposición, retención.
Afán de dominio y voluntad de poder. A
veces exageración. Ataques vehementes.
Voluntad, apasionamiento, perseverancia, disciplina
rígida y comando. Fundamentalismo absolutista.
Intransigencia, maniqueísmo, intolerancia.
Formas angulosas y acentuadas. Contacto firme
y áspero, fibras tensas, tez grisácea,
terroso, oscura, desecada, curtida, tostada.
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