El anciano del zodíaco nos enseña muchas
caras al igual que lo hace su regente Neptuno. Nos muestra
el servicio, el claustro, la sublimación de los
sentidos, la entrega, el mártir, y el artista.
Pero también la dependencia anímica, afectiva
y la empatía que impide separar y ver con objetividad.
Y por último el lado más bajo que hace
al pisciano esclavo de sus vicios e instintos, sucumbiendo
en la droga, alcohol, etc., como también la gran
facilidad para usar la mentira.
Nos hallamos frente a un signo con tantos matices que
es muy probable que esa confusión, que muchas
veces ataca al nativo, se nos pegue al estar con ellos.
Conozco muchos piscianos/as y puedo decir que son seres
con un magnetismo muy particular transmitido en principio
con una mirada serena y afectuosa, que pareciera contener
toda la compasión de este mundo. Por mí
experiencia y los comentarios de otras personas que
pude obtener, estar con un Piscis es grato por una energía
que emana de ellos, muy sutil pero penetrante.
Hasta aquí nos hallamos en una nube de amor
con nuestro nativo/a, digamos en una primera vista o
contacto que nos roba un suspiro al tener que alejarnos
de ellos. Pero vayamos ahora a un segundo encuentro,
nos daremos cuenta que la ensoñación que
nos abrazó en un principio desapareció
y que la nube que nos acogía nos tiró
de bruces. Algo ocurrió con nuestro nativo, ¿lo
cambiaron?, no, no, es el mismo, pero demoramos en entender
lo que ocurrió. Ahora nos encontramos ante un
hombre/mujer serio, irritado y hasta hostil, confundido
y hasta ofendido, sí ofendido. Sin saber bien
que hacer nos acercamos con tino y tímidamente
preguntamos la causa de tan tremenda transmutación.
Lo que obtenemos como respuesta es un sin fin de argumentos,
teorías y aclaraciones con sus correspondientes
acotaciones de que fueron atacados, sí atacados,
por algún otro ser humano, que sin consideración
los ultrajó y denigró. Y por supuesto
nada podemos agregar ante semejante declaración
de derechos y garantías, ya que en ese momento
estamos presentes ante una víctima.
Se hace difícil debatir y no digamos discutir
con Piscis, pues ellos siempre son los que más
sufren, o pierden, o son juzgados injustamente.
El pisciano tiene sus propios argumentos e ideologías
de vida que son muy difíciles de emplazar en
el resto de la estructura social en que se hallan. A
pesar de ser un signo mutable, condición que
favorece para el cambio y la adaptación, al nativo
le cuesta salir de ese mundo paralelo que frecuentemente
visita. Dado a su extrema sensibilidad si algo lo daña,
por simple e intrascendente que sea, es suficiente para
que entre en conmoción. Después de un
proceso de análisis que viene del otro lado,
me refiero a Virgo, se puede decir que rápidamente
metaboliza el problema e inicia el trabajo de incorporación.
Debido a su permeabilidad energética este signo
es muy influenciable, tanto para bien como para mal.
El asombro que presenta ante algo que lo impacta es
espontáneo y así lo manifiesta. Pero también
se convierte en pasto tierno para aquellos que con fines
egoístas, desean desvirtuar o disfrazar la realidad.
Generalmente en estos casos siempre nuestro nativo sale
mal parado, es él quien queda expuesto y abofeteado,
de ahí su condición de mártir.
Regla que también se cumple para los que caen
en algún vicio.
Podría asegurar que la ingenuidad se convierte
en una característica. Muchas veces ingenuos,
crédulos y confiados. Y pueden salir aún
más perjudicados si ponen en marcha el mecanismo
de la culpa. Es muy fácil desbaratar a un Piscis
con una sutil sugerencia de que ES CULPABLE de algo.
¡¡¡¡¡CUIDADO PISCIANOS!!!!!.
Más allá de lo dicho, Piscis es un signo
sabio cuando logra cumplir con su objetivo primario,
que es el servicio. Así encontramos a los mejores
médicos, enfermeras/os, miembros de cualquier
iglesia ya sea sacerdotes, pastores, religiosas, etc.
Se puede decir que es innata en ellos la vocación
de servicio y de entrega. Cuando los nativos son capaces
de poner su naturaleza al servicio de lo que este signo
exige, su labor trasciende, es reconocida y valorada.
Tienen un conocimiento profundo del alma, perciben
con naturalidad lo que sienten o padecen los demás,
a veces hasta el punto de sentir ellos mismos las dolencias
físicas del otro. Son los mejores médium
y espiritualistas, pero no deben caer en la falacia
de sentirse mesiánicos, no olvidemos que el antiguo
regente de Piscis es Júpiter, planeta que tan
fácilmente aborda la exageración y el
fanatismo.
Debido a este maravilloso don, el pisciano puede entrar
por la puerta grande en el mundo artístico, tienen
la capacidad de poder interpretar cualquier rol, pudiendo
simbiotizarse con su papel.
La sutiliza de este signo armoniza con el lenguaje
del alma por excelencia que es la música, la
sienten dentro de ellos y así la exteriorizan
tocando un instrumento o a través del movimiento,
del cuerpo.
Muchas más cosas se pueden decir de Piscis,
porque como dije antes Neptuno tiene muchas caras que
nos incitan a hablar y también nos seducen. Es
un signo rico en recursos, con un gran potencial espiritual.
Piscis debe aprender a no perderse y confundirse en
los caminos que Neptuno le ofrece, sólo trabajar
la parte más pura del planeta. No es una tarea
sencilla, por el contrario tiene en sus manos el trabajo
más difícil: la entrega y el amor al prójimo.
© Copyright por Claudia Lamata de Gigli
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